¿EL LAPSUS SE SIRVE SIEMPRE DE LA LETRA?[1]
Por Bernard Vandermersch
2019-12-12
“Una vez cometido el lapsus, el sujeto (el autor) no está ya ahí. […] Salió a la luz antes de borrarse, antes de eclipsarse con esa emergencia de la letra.”[2]
De hecho, aquel que hace el lapsus prefiere no tomar responsabilidad de ello.
Ejemplos:
1. «Wenn Sie gestatten, mein Fraulein, mechte ich Sie gern begleit-Digen.»
«Si usted lo permite señorita, me gustaría mucho sergleit-digen.
Aquí hay un acrónimo que incorpora una d que evoca beleidigen: «ofender» en begleiten: «acompañar».
El deseo sexual se manifestó, pero como dice Freud, es poco probable que el joven haya tenido éxito… o haya reivindicado su anhelo.
La lengua alemana, que es muy consonante, es rica en potencialidades de este tipo.
2. El lapsus puede jugar también desde el anagrama, las mismas letras pero en un orden diferente: «Ich bin geneigt [geeignet], die Verdienste meines sehr geschätzten Vorgängers zu würdenigen.»
«No estoy inclinado [habilitado] a celebrar los méritos de mi muy querido predecesor.»
En este caso, también hay una infracción a las convenciones.
3. En un tercer caso, hay sustitución de la palabra por inmixión de letras con la misma aparición de un sexual incongruente:
«Beim weiblichen Genitale hat man trotz vieler Versuchungen… Pardon: Versuche…«
«En lo que concierne a los genitales femeninos, más bien hay muchas tentaciones… Perdón: tentativas.»
Pero Freud entonces llega a notar que los lapsus más frecuentes son los que llevan a decir lo contrario de lo que se pretende decir, sin que haya relaciones fonéticas.
4. Un presidente de la Cámara de Diputados:
«Mein Herren, ich konstatiere die Anwesenheit von… Mitgliedern und erkläre somit die Sitzung für geschlossen.»
«Señores, constato la presencia de…miembros y, por lo tanto, declaro que la reunión está cerrada.»
Incidentalmente, éste es el ejemplo «Declaro la sesión abierta» que Austin elige ilustrar lo que es un «performativo»: cuando decir que es hacer. Es la palabra misma la que constituye el acto. En este lapsus, ya no es sólo un conjunto de letras, sino la sustitución de Geschlossen con Geöffnet, es decir, el sentido opuesto.
Aquí, no es solo la letra (aunque las dos palabras comienzan con la misma sílaba) la que sirvió para hacer valer el anhelo secreto del presidente, sino entonces…que este tipo de lapsus destaca que la extrema proximidad de los contrarios. En el inconsciente, las significaciones opuestas se identifican. Si se le pregunta cuál es la palabra más alejada del blanco, uno se verá tentado a decir negro, a pesar de que es el más emparejado más con el blanco. Si, por lo tanto, el lapsus se hace en favor de una unidad más acá del significante, a saber, la letra o el fonema, ésta no es su única vía. Parece que el barbarismo, la catástrofe, es más visible en los casos de sentido opuesto que en el caso de la letra «perversa». El efecto, si fuera voluntario, sería más una cuestión de comedia que de humor. Se trata sin duda de una queja contra el orden fálico que obligaba al Presidente en vísperas de una sesión particularmente difícil de mantener su compostura, pero no por la expresión de una improcedencia, ya sea sexual, agresiva o sacrílega. Tal vez podríamos introducir aquí una diferencia entre lapsus sexual por la letra y el lapsus narcisista por el sentido opuesto.
En cualquier caso, el lapsus muestra que la realidad es del orden del semblante. [Con la dimensión de la verdad revelada por el lapsus]: «el campo de la realidad aparece bruscamente como siendo del orden del semblante…»[3]
…del semblante, del teatro de cierta manera, ya que la verdad del deseo oculto de un sujeto puede saltar al escenario como el gato del conserje de la ópera en el cuerpo del héroe agonizante. ¡Viva al lap-suck!
*Bernard Vandermersch es psiquiatra, psicoanalista de la Association Lacanienne Internationale. Fue alumno de Jacques Lacan.
[1] Extracto de la sesión plenaria del 12 de diciembre del 2019 del Grupo de Introducción al Psicoanálisis, consagrado este año al seminario de Charles Melman, Para introducir el Psicoanálisis hoy.
Cfr. Ch. Melman. Para introducir el psicoanálisis hoy en día. Buenos Aires: Letra Viva, 2009, pp. 25-36.
[2] Ibíd. Lección del 18 de octubre de 2001.
[3] Ídem.
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