AVATARES DE LAS IDENTIFICACIONES
Por Jean-Pierre Deffieux
2023-05-22
«Las identificaciones y los avatares van de la mano»[1] dice Gil Caroz al inicio de la presentación de la Jornada de UFORCA 2023. Una identificación puede caer, puede transformarse, variar, pero siempre está correlacionada con el goce. Gil Caroz señala con razón que «el sentido y el goce son dos elementos heterogéneos»[2], la correlación de dos elementos heterogéneos solo puede conducir a avatares. La inestabilidad identificatoria resulta hoy en día de la caída del significante del Nombre-del-Padre en el lugar del significante amo.
Por lo tanto, el sujeto se enfrenta a una elección multiplicada de significantes para tratar de encontrar una identificación estable. La dico contemporánea, dada por Jacques-Alain Miller en 2022, «Soy lo que digo», se refiere a esta eflorescencia identificativa, separada de un anclaje en el cuerpo. La identificación con el significante del Nombre-del-Padre anclaba al sujeto, sometido a castración, en un cuerpo falicizado. Los tiempos han cambiado, las múltiples identificaciones liberadas del cuerpo como Otro permiten al sujeto a todas las transiciones.
En El Seminario, libro XIX, …o peor, Lacan evoca esta distinción en relación con la transexualidad y afirma que «[…] no lo quiere en calidad de significante, y no así en calidad de órgano.»[3] Y añade: «El transexual ya no quiere ser significado falo por el discurso sexual, que, lo enuncio, es imposible»[4]. Piensa resolver esta dificultad mediante un pasaje a lo real, un nuevo género, un cuerpo a su medida. Él cree que puede disociar el significante y el goce, es su error.
La película de Pedro Almodóvar, La piel que habito, demuestra brillantemente lo que es este error.
Vicente, víctima de la venganza de un cirujano «decidido» es tomado como rehén y se despierta como Vera, transformada en mujer, con cuerpo de mujer, sexo de mujer. Vera poco domina esta nueva imagen, se enamora de su verdugo, a quien termina matando cuando tropieza con una foto del hombre que era antes. A lo largo de la película, Vera se identifica cada vez más con su nuevo género. Pero el cierre de la película, su punto de capitón, se escucha en la breve frase que Vera le dice a su madre que no puede reconocerla. Llega a la casa de su madre, vestida con la apariencia de feminidad, bonito vestido y maquillaje y le dice después de un largo rato de silencio: «Soy Vicente». Ella es Vicente, desde siempre y hasta siempre, para siempre en los zapatos de otro, vestida con su sobre femenino.
Esta notable película demuestra, por extensión, que para un hombre «en transición», decir «soy una mujer» no es suficiente para que se convierta en una. Esta película presagia la nueva dico de este inicio de siglo, traída por Jacques-Alain Miller en 2022: «Soy lo que digo» que Almodóvar anticipa con precisión y exactitud. Señala el error que Vicente no puede cometer, pero que lo demuestra: la negativa a articular el significante fálico y el goce del cuerpo.
Los sujetos «en transición» quieren una nueva identidad de género con el deseo de tener, en realidad, un cuerpo que esté de acuerdo con esta identidad. Como resultado, construyen un nuevo cuerpo en lo real, respondiendo al significante de identidad de género que han elegido, cometiendo el error de creer que pueden ignorar el goce siempre asociado a este cuerpo. Los efectos, especialmente los depresivos, se siguen con frecuencia.
*Duffieux J.-P., Avatars des identifications – L’HEBDO-BLOG. Último acceso : 2022-05-22.
[1] Caroz G., Avatares de las Identificaciones – por Gil Caroz – PSICOANÁLISIS LACANIANO (psicoanalisislacaniano.com)
[2] Ídem.
[3] Lacan J., El Seminario, libro XIX, …o peor, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 17.
[4] Ídem.
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