PSICOANÁLISIS LACANIANO

¡LACAN por Vincennes!
Hay cuatro discursos. Cada uno se toma por la verdad. Solo el discurso analítico hace excepción. Sería mejor que domine se concluirá, pero justamente este discurso excluye la dominación, dicho de otro modo, no enseña nada. No tiene nada de universal: es por lo cual no es materia de enseñanza.

¿Como hacer para enseñar lo que no se enseña? He ahí aquello en lo cual Freud se abrió camino. Él consideró que nada no es sino sueño y que todo el mundo, (si se puede decir con una expresión así), todo el mundo es loco, es decir delirante.
Esto es lo que se demuestra en el primer paso hacia le enseñanza.
Pero queda por demostrarlo: para eso no importa cuál objeto es bueno, se presenta siempre mal. Es decir que hay que corregirlo.
Las matemáticas sirven para eso: corregir al objeto. Es un hecho que las matemáticas corrigen y que lo que corrigen es el objeto en sí.
De ahí mi reducción del psicoanálisis a la teoría de conjuntos.
La antipatía de los discursos universitario y analítico, ¿será superada en Vincennes?
Ciertamente no. Ella es explotada allí, al menos desde hace cuatro años, en las que he cuidado por ello.
Se constata que al confrontarse con su imposible la enseñanza se renueva.
Enumero lo que cuatro años hicieron surgir en el Departamento de Psicoanálisis:
— una revista, Ornicar?, la cual resalta lo que se publica en todas partes bajo la bandera del psicoanálisis;
— un <<tercer ciclo>>, llamado del Campo freudiano, donde corresponde al psicoanálisis corregir lo que se le propone como afín.
— una Sección clínica que en el Hospital Henri-Rousselle juega su rol de orientar a los jóvenes psiquiatras.
Resultado: positivo. La experiencia proseguirá entonces. En Vincennes, en tanto se le deje libertad Si se la reduce ahí, a marcharse de la Universidad.
Jacques Lacan
22-X-78
De hecho, espero que Edgar Faure hará lo necesario para que Vincennes, o sea París VIII, su creación, subsista.

J.L

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Lacan, J., «Lacan pour Vincennes!», in Ornicar?, Bulletin périodique du Champ freudien, #17/18, Paris, Seuil, p. 278.