Nuevas Versiones de La Batalla del Autismo – por Éric Laurent – 2023/11/10

NUEVAS VERSIONES DE LA BATALLA DEL AUTISMO[1]

Por Éric Laurent

2023/11/10


Elida Ganoza:

El instituto «Nueva Escuela» INES tiene hoy la oportunidad de darles las buenas tardes y noches a los colegas y amigos que están conectados en distintas latitudes del Campo Freudiano para acompañar al espacio de investigación de autismo y psicosis en psicoanálisis, en la interlocución con el Éric Laurent, al cual le damos nuestra más cálida bienvenida y agradecemos la presentación y el trabajo de ayer.

Y bueno, ahora yo le pasaré la palabra a nuestra colega Lizbeth Ahumada para que coordine la conversación. Lizbeth.

Lizbeth Ahumada:

Gracias. Me sumo al saludo y agradecimiento especial para Éric Laurent. 

El espacio de investigación sobre autismo y psicosis en psicoanálisis, ESIAPP, está integrado por psicoanalistas de los países que configuran el territorio latinoamericano de la NEL, su instituto. Esto es una extensión que va desde Chile hasta México, evidenciando así la presencia creciente de los psicoanalistas de orientación lacaniana en diversos ámbitos en los que se desenvuelven los autistas y sus familias y, al mismo tiempo, la frecuente demanda que reciben con miras a tratamiento.

Así, la responsabilidad es grande. En esta ocasión especial, dos jóvenes colegas que hacen parte del ESIAPP para tomar la palabra para dar cuenta de nuestro trabajo y al mismo tiempo trasmitir algunas de las preguntas como efecto del mismo. Ellas son Angélica León de Venezuela y Paula del Chopo de México. Adelante Angélica.

Angélica León:

Nuevas versiones de la batalla del autismo en América Latina.

La realidad latinoamericana con relación al autismo ha tenido significativos cambios en los últimos años, permeados, claro está, por los movimientos que se generan en la geografía mundial. La novedad que produce el punto de inflexión es el hecho de que hoy encontramos a los sujetos autistas hablando en nombre propio bajo dos modalidades, especialmente: la creación de comunidades cuya condición de existencia es la auto proclamación de ser autistas -en Colombia existe una de las más logradas de América Latina -AutisCol- y el uso de las redes sociales para un uso para un activismo decidido, acuñando así el nombre de “Autivistas” con alcances de influencia antes insospechados.

La existencia de colectivos correlativos a su manifestación en redes sociales y cuya mayor presencia parece ir de la mano del aumento estadístico de mujeres autistas en escenarios públicos. De esta manera tenemos la presencia de influencers autistas en nuestros países. Algunos ejemplos de activistas en redes como en Instagram o X, Facebook, top y podcasts pueden llegar a contar entre 10.000 a 100.000 seguidores. Un ejemplo de ellos es, en México, Alejandra Aceves, activista organizadora del Primer Congreso Hispanoamericano de Autismo, autora del libro Yo Autista, con 91.900 seguidores en Instagram; en Perú, Francesca Vivio comunicadora y activista con 68.000 seguidores en Twitter; en Colombia, Cristian Ramírez, diseñador gráfico, productor audiovisual y creador de contenido digital con 97.100 seguidores.

¿Qué es lo que promueven los autivistas? Reclaman y exigen estar presentes en todo el espacio, en el que se discuta sobre autismo. Según estos influenciadores, solo quien encarna un modo de vida está en condiciones de hablar de ello. Y lo más importante. reivindican el autismo como identidad y en este sentido no conciben patología o clínica alguna relativa al autismo. La autopercepción, como en el transexualismo, es la bandera que da lugar a un diagnóstico identitario, comunitario o activista, al igual que hacen de esta consigna un posible tratamiento. “¿Quién sino yo, que soy parecido a ti, puede ayudarte a transitar por la turbulencia de la experiencia de la vida?”

Ahora es frecuente encontrar diagnósticos tardíos de autismo en personas que, a partir de la amplia difusión de los rasgos autistas como rasgos del ser, se identifican con ellos y promueven los objetivos de las comunidades de autistas. Uno de los objetivos de las comunicaciones en las redes tiene que ver con la lucha contra el capacitismo promulgado por las sociedades neurotípicas. «Capacitismo» es un término que se refiere a la discriminación o prejuicio social contra las personas con discapacidad. De hecho, esto se ve robustecido con trinos en X, como el hecho por el dueño de la plataforma, Elon Musk, que cuenta con más de 159 millones de seguidores y de quien se dice es autista. El 23 de julio de este año puso un mensaje: affectif autisme, affetif altruism. Los miles de comentarios que este mensaje suscitó tienen que ver con la reivindicación del derecho al trabajo y de los beneficios que trae en la mano de obra de un autista, haciendo de su condición subjetiva el ideal del trabajador por excelencia. Finalmente, el autismo es utilizado por los poderosos para vanagloriar o, por el contrario, para poner en duda la capacidad de personajes públicos. Es el caso de los señalamientos en contra del presidente Gustavo Petro en Colombia que trascendió, que tuvo un diagnóstico de autismo en la adolescencia de acuerdo con las declaraciones de su hermano. Información que fue resignificada por los opositores políticos de Pedro para poner en duda su capacidad para gobernar, lo que puso a un país a hablar durante una semana de autismo. 

Paula del Cioppo:

Tomando en cuenta lo dicho hasta aquí, se observa una nueva versión de la batalla para los autistas organizados, la lucha para que el Estado avale diagnósticos comunitarios o auto diagnósticos con el propósito de acceder al derecho a la salud pública y a la seguridad social. Cabe aclarar que estos diagnósticos no están garantizados por las evaluaciones científicas tipo DSM o CIE, mismas que los autistas rechazan. 

Las comunidades de autivistas pretenden regularse a partir de la idea de excluir lo distinto a ella, es decir, excluir a aquellos que representan el capacitismo. Asimismo, hacen surgir lo neurotípico para resaltar el valor de la neuro divergencia y de la disidencia con el status quo médico y social. Partiendo de esta somera descripción del estado de la cuestión y de la identificación de una nueva versión de la batalla del autismo, nos preguntamos si es posible dialogar con estos grupos y en qué coordenadas sería deseable hacerlo. 

Pensamos que el discurso analítico se diferencia del discurso hegemónico en la medida que no busca dominar el campo social, no pretende dominar, pero tampoco ofrece una vía para la liberación. Por lo tanto, no se coloca en el eje de la tensión denunciada por los autivistas. Por otra parte, mediante nuestra práctica conocemos de la posición de algunos autistas que no acceden al lenguaje y que presentan mayores o radicales dificultades para estar con otros. 

Y pensamos que esta posición subjetiva interpela la consigna de ayuda y de tratamientos basados en la semejanza de identidad. Con base en lo anterior. ¿En qué fisuras de los nuevos discursos y prácticas sobre el autismo podría tener un lugar el psicoanálisis? Creemos, en primer lugar, que habría que escuchar las enunciaciones de los familiares y de los sujetos una por una porque hay personas que integran estos colectivos que no necesariamente rechazan las ofertas de los profesionales cuya actitud es respetuosa. Luego, tener presente que no se trata de forzar el diálogo con nuestra presencia, sino de estar atentos y al lado para acoger a aquellos que requieren una escucha atenta -estén o no estén incluidos en los colectivos de autistas auto percibidos-. Finalmente, desde el ESIAPP pensamos en la necesidad de construir iniciativas que alojen a los sujetos cuyas posiciones subjetivas objetan las soluciones que plantea el activismo. La iniciativa Bordes está tomando esta dirección a partir de la invitación a sujetos autistas, sus familias, docentes, acompañantes terapéuticos y otros profesionales relacionados con este campo, a trabajar en talleres, conversatorios, espacios de investigación, etcétera.

Para concluir, nos gustaría dejar planteadas algunas preguntas para conversar con usted. En el ESIAPP, pensamos que el porvenir del psicoanálisis, específicamente en el trabajo con el autismo, depende en cierta medida de la existencia de instituciones fundamentadas en la práctica entre varios que ofrezcan mayor alcance y diversidad a los tratamientos. Asimismo, pensamos en una red institucional en América Latina como lugar desde donde hacer escuchar lo que aporta la orientación lacaniana al debate público en torno al autismo. 

¿Usted qué piensa de esto? Paso la palabra a Angélica para la siguiente pregunta. Gracias.

Angélica León:

En la encrucijada entre la evaluación clínica y el diagnóstico identitario, ¿cuál orientación para los psicoanalistas de orientación lacaniana? Más aún cuando empiezan a surgir en nuestras consultas y en las instituciones que creamos demandas para avalar diagnósticos que permitan a los sujetos acceder a beneficios de la seguridad social. 

Gracias.

Lizbeth Ahumada:

Como una última cuestión de esta mesa, quería plantear lo siguiente. En el memorable libro de su autoría «La batalla del autismo», publicado en 2013, usted alude a estudios que dan cuenta de una disimetría en la frecuencia del autismo entre niños y niñas. Cuatro autistas de cada cinco son hombres. Hoy en día hay una exposición cada vez mayor de mujeres autistas que quizá produzca algún cambio en esa proporción. En todo caso, parece haber una relación entre el uso activo de redes sociales y el mayor alcance de la difusión del diagnóstico del autismo con la mayor presencia de mujeres que se dicen autistas. Nos interesa sus apreciaciones al respecto.

Éric Laurent:

Excelente me parecen. Primero quiero agradecer el trabajo del espacio y el trabajo también de concentración de las preguntas que dan cuenta de un trabajo realizado, una escucha de la situación que es en los países de América Latina, con diferenciación entre otros. Y creo que estas preguntas realmente plantean a despacho global de la Escuela Una, digamos, entre las varias escuelas. 

Creo que ustedes han realmente realizado un trabajo que se inserta en este concierto global en el cual seguimos el desarrollo de lo que es los efectos de la recepción y de la transformación de estos diagnósticos de autismo sobre el modo de acoger los trastornos de la infancia, mismos que no quieren que sea considerado un trastorno, sino una especialización neuronal. Pero como todo el mundo, al igual con los atípicos sufren y entonces hay que acoger estos sufrimientos de los neurotípicos y de los neuroatípicos. El sufrimiento atraviesa, digamos, la casilla neuronal que concierne a cada uno.

En cuanto a las preguntas, yo diría, no sé si contestar a las preguntas primero o pasar efectivamente con la pregunta Lizbeth Ahumada, algo que me parece de actualidad efectivamente de la clínica. Creo que, primero, voy a evocar la actualidad de la clínica del autismo para después retomar una por una las preguntas. Va a ser al revés. Creo que nos faltaría algunos argumentos en la discusión.  

Yo diría que, efectivamente, realmente en el hilo de la pregunta de Lizbeth, creo que una de las características actuales de la clínica del autismo es que, por el contexto del descubrimiento de los polos del espectro del autismo -entre Kanner y Asperger- en favor del espectro del síndrome como tal, permitiendo su ampliación. La clínica deja paso a la política de inclusión de los sujetos que quieren de reconocerse como tales. Creo que lo que planteó Angélica es precisamente el punto. Se revela una paradoja clínica mientras que el autismo pretendía ser la categoría a clínica más basada en la roca de la determinación biológica, se demuestra tener la capacidad de extensión más sorprendente de todas las categorías propuestas por la psiquiatría. Aun si le quieren quitar los autivistas de la psiquiatría, se revela una categoría que puede incluir casi la integralidad de la clínica, digamos, de los trastornos infantiles o por lo menos de los que plantea la objeción a la normalidad infantil.

Recuerdo el contexto del descubrimiento y la heterogeneidad de lo que se constituyó como espectro el autismo. El contexto del descubrimiento es de una ironía mordaz. Kanner publicó su principal el artículo en 1943. Originario de Galicia, entonces provincia del Imperio Austrohúngaro estudió psiquiatría en Berlín antes de emigrar a Estados Unidos a principio de la década de los ‘30. Es decir, que no huyó el nazismo, se fue antes. En el Hospital Universitario Johns Hopkins de Baltimore, fundó una unidad de psiquiatría infantil que fue la primera de este tipo en el país. Aisló de la clientela acomodada del hospital donde trabajaba a niños que presentaban un cuadro clínico distinto de la esquizofrenia y de la debilidad infantil -con su pasión por la soledad y la monotonía-.

Por el otro lado, Asperger, psiquiatra católico, ultracatólico de derecha, rígido y frío, que aceptó tras el Anschluss dirigir un plan para seleccionar entre niños discapacitados de todos tipos a aquellos que pudieran ser útiles al Estado. Ya en el ‘38, en la época del Anschluss, identificó las psicopatías autistas. Fue el primero en identificar los casos que se convertían en niños autistas de alto funcionamiento que merecían ser atendidos y protegidos por sus talentos únicos. Y publicó su artículo prínceps un año después de Kanner -de manera completamente autónoma- en el ‘44, mientras que Utah Frith, que lo tradujo al inglés en 1981. Se refería a él como el campeón de los inadaptados. Una investigadora de Berkeley, Edith Sheffer, madre ella misma de un niño autista, señala el lado más oscuro de Asperger, colaborador en el proyecto y eugenésico nazi. Y ella, Edith, Sheffer, hace campaña para que los autistas de alto funcionamiento dejen de ser asociados a su nombre. 

La asociación del Autismo entre los de Kanner y de Asperger unidos por una línea continua, no podría haberse logrado sin los esfuerzos de Norma Wing, madre de un autista de alto funcionamiento y psiquiatra inglesa -después de haber sido enfermera-. En los años ‘70, fue la primera en proponer la idea de un espectro que los relacionara utilizando el caso de su hijo. Encontrado a finales de los años ‘70 por Ronald Winnie, el informe de Asperger, traducido en inglés por un Utah Frith Fritz fue publicado en el ‘81 tras la muerte de Asperger. Lorna Wing encontró 34 casos similares al caso de Asperger y es ella que desarrolló el síndrome de Asperger. 

A partir de este momento, el contexto de justificación del autismo cambió completamente el contexto del descubrimiento. Ya en el ‘82, Lorna Wing escribió sobre la idea de continuidad entre el autismo de Kanner y otras formas hasta entonces totalmente irreconocibles. Y más tarde ella misma, Lorna Wing, escribió que había abierto la caja de Pandora al presentar el síndrome de Asperger en esta serie, pero que no se arrepentía de ello. 

Un año después, en el ‘83, en colaboración con Isabel Verdurin, presentó tres características que eran más recurrentes en el síndrome de Asperger y los trastornos autistas. Esto fue el origen de la idea de una tríada autista que más tarde fue ampliamente reconocida y utilizada en los criterios de identificación. Es un eslabón fundamental que permite hablar del espectro del autista, terminología que no se generalizó hasta los años ‘90 y que ella, Lorna, utilizó como título de uno de sus libros publicados en el 2001. La justificación del espectro ahora lo hace desaparecer en el grupo de los trastornos generalizados del desarrollo y luego en el continuo de los trastornos del espectro autista. Desde esta perspectiva se borra la especificidad de los casos de Kanner y de Asperger.

En la actualidad, la substitución de lo que eran las diferentes especificidades del autismo por la idea del espectro -con cuatro subgrupos según la gravedad- facilita mucho la inclusión de las niñas ya que el espectro autista incluye ahora personas que funcionan en sociedad, que pueden ser incluidas en escuelas y que no tienen trastorno del lenguaje -además, como se piensa que en las niñas se minimiza la ansiedad social en lugar del rechazo de los vínculos sociales y la sensibilidad sensorial muy elevada, en lugar del aislamiento, el rechazo y el interés específico-. 

Este enfoque nuevo permite una puesta al día -término utilizados por los psiquiatras feministas- de la igualdad de condición para niños y niñas y así vemos surgir un efecto clínico particular: si la definición de la afección de una categoría psicopatológica no permite la igualdad de condiciones, hay que cambiar los criterios para que haya mayor igualdad. Surge un nuevo objeto clínico compatible con los ideales de la época y el avance de la igualdad de condiciones. Promovido por estos sectores de investigación, surgen nuevas narrativas mucho más feminizadas en su modo de descripción e inclusión.

Un autor considera que este nuevo enfoque permite ahora revelar mejor lo que él llama el «autismo invisible». Esta categoría es muy importante para derrumbar el DSM, en general, cuyo todo su proyecto filosófico está basado en un empirismo lógico que considera fundamental la evidencia perceptible de criterios clínicos irrefutables. Con la noción de «autismo invisible» se completa la ruptura con el empirismo lógico -fundamento del proyecto DSM-. Además, en este contexto de extensión, Edith Sheffer señala que la sombra de Asperger sigue planeando sobre el espectro. La cito:

“Aunque la gente no utilice la etiqueta Asperger, siguen estando otras etiquetas: autismo de funcionamiento bajo, medio y alto. Este enfoque jerárquico se alimenta de la ansiedad que rodea la integración de nuestros hijos en un mundo perfeccionista que cambia rápidamente.”

Proyectamos un espectro dual manteniendo la distinción de Asperger entre los asimilables y los otros, y vemos que los debates del atipismo neuronal no alivian eso con la crítica del capacitismo. Por lo tanto, no toca a esta idea del autismo de un alto nivel como el trabajador ideal. ¿Y los de bajo nivel? ¿Y los que no funcionan? ¿Cómo se encuentran, incluso con su atipicidad neuronal?

Esta oposición estará en el centro de la perspectiva inclusiva, que funciona bien para los Asperger y los de alto nivel, pero que funciona mal para los que tienen más discapacidades. 

Tenía otros desarrollos propiamente dichos, analíticos en nuestra perspectiva, pero querría primero responder entonces, a partir de estos datos de la evolución reciente de la clínica a las preguntas que fueron planteadas y después podremos tomar una discusión.

Es claro que vemos en el autismo -como Angélica subrayó muy bien con la importancia de las redes sociales- esta distinción entre los líderes, los influencers, la gente que se autoproponen como representantes en la red de comunidades y los sujetos que sufren, que acuden en nuestros consultorios. Vemos una gran discrepancia y esto se encuentra de la misma manera en la categoría o la perspectiva Trans, este contraste entre los activistas de -en la categoría Asperger- de alto nivel que influencian, reivindican, proponen, se hacen representantes y sujetos que sufren, familias que están conmovidas y que no saben cómo hacer con los problemas que plantean, en este caso, el tener un hijo, un hermano o unos padres autistas. Vimos la distinción entre la reivindicación comunitaria y el sufrimiento uno por uno del sujeto.

Elon Musk, el cual las biografías que se suceden de él muestran más bien alguien que es más paranoico que autista. Pero precisamente no se reivindica paranoico, se reivindica autista de alto nivel, por supuesto, el más alto nivel del mundo.

Y creo que, con lo que he desempeñado Angélica, sería bien tener, si nos podría transmitir el Observatorio, el espacio de trabajo sobre autismo latinoamericano, todo lo que tuvo lugar acerca de Petro, de su diagnóstico, de cómo fue utilizado de manera política, como él se defendió, etcétera. Esto sería de sumo interés porque no fue comentado en el periodismo europeo en general. Y, entonces, ustedes que tienen este conocimiento de primera mano, sería útil hacer un dossier sobre esto, por supuesto con un comentario, un filtro, etcétera, pero para presentar esto. Es la primera vez que veo que en la historia de la política tenemos un presidente de Estado ha pasado por esto. Entonces, es de primera importancia para saber.

Después la segunda pregunta que se divide ella misma en tres. Creo que el cómo dialogar con los grupos de activistas es muy difícil. Es como con los grupos trans que consideran que cualquier cosa que pone en duda la continuidad del grupo, la representación comunitaria que hace que un influencer pueda decir “Tengo 60.000 personas que me siguen, entonces soy el representante”, no elegido por nadie. Pero es representante de una comunidad. Por supuesto, no está muy a favor de pasar del grupo como tal y de la lógica del grupo como tal al uno por uno. Y, efectivamente, fue toda esta perspectiva de cómo dialogar es lo que instaló Jacques-Alain Miller en su texto “Dócil a lo trans”[2] donde señaló que el método psicoanalítico -desde lo que fue la histeria en Freud- fue de pasar de la categoría en la época del auge de la psiquiatría de las categorías psicopatológica a escuchar una por una las histerias y no dirigirse a la categoría. Ahora que la psiquiatría está, digamos en su nivel más bajo de autoridad como discurso que se puede pensar, entonces, por supuesto, no se trata de categorías psicopatológicas vinculadas a la psiquiatría. Nadie quiere estar en una categoría psiquiátrica. No da ningún prestigio, sino al revés. Entonces, en la época en el cual todo el mundo está fuera de categorías, pero con reivindicación comunitarias, entonces mantenemos nuestro modo de abordaje uno por uno.

Entonces es difícil dialogar con los grupos, pero fácil y siendo dócil uno por uno, a escuchar el sufrimiento de los que quieren dirigirse a los analistas. 

Creo que el método que ustedes proponen -abrir espacios, talleres, observatorios, lugares de encuentro- es lo que se también se hace en Europa. Hay, digamos, proyectos con los cuales ustedes se pueden conectar y estaría bien conectar estos modos de encuentro que se inventan aquí en Latinoamérica con lo que se inventó en Europa y pasar por los espacios de trabajo en común de la AMP para juntarse y poder intercambiar experiencias que, por el momento, están más bien entre los que tienen lugar en Europa, para algunos. Y creo que Latinoamérica tiene mucho para aportar en estos intercambios.

La necesidad también de constituir instituciones que tengan una práctica entre varios me parece algo muy importante que favorecer. Hay instituciones que existen en Europa, en Bélgica e Italia, más bien, y que tienen una dificultad de existir en Francia, pero esto se podría, efectivamente, hacer. Habría que aumentar los intercambios entre esto. Sé que en Argentina se hacen intercambios de manera más habitual y habría que ampliar estos intercambios para permitir esto.

Creo que la idea de cómo ahora la relación entre los que se autoreconocen en un diagnóstico -y los diagnósticos como tal- y los organizadores oficiales de diagnósticos se ha transformado de manera fundamental. Antes era el experto quien tenía su fundamento científico, que podía decir sí o no y sin ser, digamos, criticado de ninguna manera en nombre de su saber. Ahora que el DSM está completamente arruinado en su perspectiva científica, con la objeción de Insel que tuvo lugar en la publicación el DSM 5 hace diez años, en el cual Insel, director del National Institute of Mental Health de la época, consideró que la el DSM no ninguna vigencia más que antes, que del punto de vista de la ciencia tenía  que ser reemplazado por una nueva investigación que llamó Research Domain Criteria -que salía completamente de este manual diagnóstico del DSM y su lógica empírica-.

Desde ese momento, el DSM y las inclusiones hechas hasta ahora están bailoteando entre los empujones diversos de grupos políticos diversos. En Estados Unidos, ahora ser trans depende del estado en el cual uno está porque en un estado se abrió el derecho, en otro no. Entonces, se pelean entre republicanos y demócratas y no hay ningún saber objetivo que pueda apaciguar el debate. Y ya en Estados Unidos ni con la vacuna pueden ponerse de acuerdo. La vacuna es más biológico. Se podía pensar que era razonablemente el director, tan científico, tan capaz y sensato quien podía apaciguar.  Fue también, la política le quitó el auge a la ciencia, pero lo que es el autismo, el trans, etcétera está completamente abierto a los vientos contrarios de la política y a cosas que superan, por supuesto, el debate científico de inclusión y exclusión en nombre de criterios que ahora, digamos, no son muy respetados ni por un bando, ni por otro, ni por el bando de la inclusión máxima, ni por el bando de la exclusión masiva.

Estamos en esto y, entonces, precisamente el discurso analítico tiene ahora un espacio nuevo para hacerse escuchar no al nivel de la reivindicación comunitaria global, sino, por supuesto, testimoniando de los que acuden en nuestros espacios uno por uno y que es testimonial del trayecto que a partir de un sufrimiento inicial se encuentra modificado después de una larga trayectoria.

Bien, ahora creo que podríamos abrir un nuevo espacio de preguntas o discusión.

María Pilar Cuéllar:

Muchas gracias por estas palabras tan esclarecedoras.

Yo participo en la institución en la iniciativa BORDE-Bogotá y desde allí quisiera hacer una pregunta. El ingreso de un joven a la institución Borde en Bogotá nos plantea algunos interrogantes. Este joven mantiene a los intervinientes siempre al margen. Por esto se trata de encontrar una puerta de entrada a su lengua privada. Hasta ahora sus ecolalias y el eco que hacemos sonar con diferentes tonalidades ha permitido algo, quizá una posibilidad, una pequeña entrada a su lengua, algo que permita agujerear el sentido con la sonoridad. Estamos advertidos de que hace falta un tiempo, un tiempo para leer más, para leer en la calle, para comprender, para construir un saber que arribe a su puerto. Y desde aquí nos preguntamos: ¿cómo pensar una clínica, una ética y una política con un sujeto como éste, donde lo real, lo más humano, se encuentra más allá de cualquier reducción, reducción o a las identificaciones o a la ley? Gracias.

Luz Elena Gaviria:

Gracias, Laurent. Creo que nos aportas para seguir con la investigación que tenemos en nuestro espacio del ESIAPP. Y era, primero que todo, esto de las comunidades, porque de alguna manera nos invitan mucho a conversar con ellos. Entonces conversamos y quitamos la palabra «conversar» en otro encuentro porque vimos que no era conversar, pero que sí hacíamos lazo y que, aunque ellos estuvieran ahí tan fundamentalistas, la experiencia fue que, a la salida, una de ellas, la más activista, pidió cita con un psicoanalista. 

Lo que hoy nos transmites con esto de lo dócil y esto de lo dócil -una cosa lo digo así- en estas conversaciones porque vamos a seguir, porque nos siguen llamando. Nos llaman para conversar porque tienen muchos suicidios, nos llaman porque quieren mandarnos a ver qué hacen con los niños en los colegios. O sea, se ha hecho un lazo y en ese lazo nos devuelves una respuesta. Y es algo de esa docilidad que hemos tenido para poder ir conversando y abriendo algunos intersticios que nos permitan conversar y hacer existir el psicoanálisis. Por eso me parece que abrir un poco más tu aporte ahí, bien lo dijiste con lo trans, con respecto a lo trans y ser dócil, trasladarlo un poquitico a lo del autismo para que nos ayude y nos aporte a seguir en esta orientación que tenemos, porque tenemos por lo menos en muchos de nuestros países, esos lazos con ciertas comunidades e instituciones que nos buscan. Sí, en Guayaquil, en Bolivia -no te los voy a nombrar todos-, pero cuando nos reunimos nos compartimos experiencias diferentes de psicoanalistas invitados a estas instituciones a conversar. Entonces es invitarte un poco más a que puedas abrir algo de “el dócil al autismo”. ¿Sí? Estar a un ladito como dijiste que también es a un lado, pero estamos ahí sin el discurso dominante. 

Gracias.

Éric Laurent:

Creo que estas dos primeras preguntas plantean muy bien una orientación, un sujeto tal que fue evocado en la primera pregunta. Muy difícil incluirlo en una reivindicación global de un trabajador ideal para una empresa. No es un calculador excepcional, es más bien un sujeto al borde de, que tiene pocos representantes en el espacio global y que precisamente, más bien, necesita que se ocupen de él, que se lo acoja a este sujeto y que, poco a poco, se pueda con él incluirlo en un discurso, o, si se puede, en un discurso primero que lo acoja. Y a ver si esta inclusión en un discurso le permite a él tener una inclusión en el lenguaje posible o no. Y vemos que lo dócil -la perspectiva de lo dócil- en la segunda pregunta, efectivamente, nos lleva a distinguir como Jacques-Alain lohizo en su texto, un trípode. Hay los activistas, los autorepresentantes autonombrados, activos, por un lado; hay los expertos reconocidos, autorizados por el discurso social al avalar una categoría, y hay los sujetos que sufren. Y en esta repartición tenemos que dirigirnos a los tres. Y en su aporte que es más un aporte que pregunta que usted hizo, creo que, me parece, ejemplar lo que ustedes hicieron: encontrar un grupo activista como tal y también acoger un pedido uno por uno, pedido de un sujeto que quería saber un poco más. Y esto independientemente de los expertos autorizados para decidir del acceso a los derechos que permiten el aval del diagnóstico y el cálculo global de los sistemas de salud en cada país para la inclusión, para que no haya producir una quiebra del sistema. Esto no es de nuestra competencia. Lo que lo es, efectivamente, me parece, es esta distinción y dirigirnos de una manera distinta a este trípode siempre es esencial. Y sería también muy interesante que esto sea, por supuesto, recopilado en los trabajos del espacio para ser después intercambiado con otros espacios de trabajo. Me parecen experiencias que necesitan ser así transmitidas como esta noche se ha podido hacer. ¿Otras preguntas?

Ivonne Espinoza:

Sí, buenas tardes y buenas noches.

Si en el continente europeo la batalla se ha dado frente al borramiento, la expulsión del psicoanálisis en lo que versa como posible tratamiento para los autistas, aquí en Latinoamérica, en países como Ecuador, donde el psicoanálisis está en la letra de las llamadas guías de atención del Ministerio de Salud Pública nombrado sin mayor explicación o descripción que lo acompañe, me pregunto si los analistas debemos maniobrar para que algo de esto se amplíe, si es nuestra más actual batalla. 

Elida Ganoza:

Bueno, yo quería incorporar un poco a esta problemática el trabajo con los padres. 

Pienso que, escuchando a Angélica sobre las fisuras y a Paula también, dónde podemos intervenir. También, pienso que trabajar en talleres en el Perú, en Lima, ha dado resultados con los padres, con las madres, sobre todo, y también con los docentes que a veces no saben cómo tratarlos y sobre todo a los autistas que no son de alto funcionamiento. Y creo que es una frontera, un borde, que es el que creo que tenemos que seguir explorando y trabajando con ellos porque creo que por ahí podemos tener un poco más de fuerza o hacernos escuchar. Y creo que también con los profesionales que a veces se tienen que topar con los activistas, como también pasó que a veces recurren a nosotros para opinar, para que les demos una opinión sobre cómo opinar o conversar con ellos, porque los activistas vetan las obras de teatro donde se trabaja un tema del autismo. Había una obra en la que se estaba presentando en Lima y estaba un actor haciendo el papel de Asperger y le prohibieron que pusieran ese nombre y que lo tenían que sacar y el director se oponía. Entonces ahí es una forma de estar presentes, quizás al lado, acompañando cómo pueden maniobrar algunos profesionales que no tienen que ver con el psicoanálisis, pero que se ven un poco confrontados con estos personajes que, quizás, son nuevos y que ellos también se sorprenden de que puedan pararse en la puerta del teatro para que no salga la obra, por ejemplo.

Éric Laurent:

Estas dos preguntas me parecen también muy interesantes. Efectivamente, podemos, de la misma manera que no reconocemos adecuación entre lo que es una descripción a nivel social de la comunidad y del sufrimiento individual, de la misma manera, el hecho de que la ley inscribe la posibilidad del psicoanálisis en la ley, por lo tanto, no resuelve el problema del deseo uno por uno de los analistas efectivos. Para ampliar un modo de acogimiento se necesita analistas que puedan y tengan el deseo de hacerlo. Es esto que estamos promoviendo. La batalla del autismo también es esto: animar a analistas a tener el deseo de poder entrar en esta batalla. Y es un tema difícil entre los guardianes de la ciencia, entre los activistas,  los autivistas, el sufrimiento de los padres, todo esto, también da la idea de mejor ocuparse de cosas más tranquilas. Entonces es otra cosa el animar un deseo que así pueda permitir ampliar una oferta de recibir, acoger el sufrimiento de los sujetos autistas. Pero es esto nuestra batalla también: animar más  y más a analistas, especialmente los que trabajan -cuando digo “los” hay que decir “las” analistas- que trabajan en el campo de la infancia, en el cual creo que, digamos, las mujeres representan lo esencial de los analistas, pero no las únicas. En lo esencial hay que animar el surgimiento de poder tener más presencia en este campo. 

Entonces, sé que en Ecuador hay pioneros como Piedad [Ortega] de hace años y que Ecuador puede tener un papel destacado en precisamente el transmitir cómo se pudo ampliar a partir de esta base de reconocimiento simbólico algo en la efectividad del acogimiento.

Con lo que se usa en Lima, el trabajo con los padres me parece efectivamente esencial. Hay que pasar de la posición que fue entre comillas de “críticas” a los padres como causa a pensar el hecho de que hay que, como traté de sostenerlo en el libro La batalla del autismo– separar los personajes y las funciones causales. Los personajes que están, que no saben hacer con el hijo y las funciones causales que son Nombre-del-Padre, deseo de la madre, etc., que atraviesan estos personajes tienen que ser distinguida. Y esto nos permite, más bien, trabajar con acoger… La palabra «trabajar», lo que trabaja es el inconsciente. Nosotros acogemos el sufrimiento de los sujetos y creo que es fundamental que las madres tengan un discurso que permita acoger sus sufrimientos. El discurso analítico como tal, permitiendo alojar el sufrimiento de esta relación tan fuerte y tan frágil que es la relación madre-hijo -al mismo tiempo fundamental- que no se puede cambiar por la relación padre-hijos -que es otra cosa cual sea la igualdad deseada-.

Hay algo de que tiene que ser reconocido en su particularidad y acogido. El encuentro también con la cancel culture en Lima de querer borrar al actor, la referencia, etc. Esto es efectivamente en esta nueva política del cancelamiento de las personas, las categorías que no complacen, etcétera, hay que introducir una una experiencia de mediación entre estos conflictos al interior del discurso del amo. Entre los supuestos dominantes y los supuestos dominados que quieren cancelar uno al otro, más bien tratar de introducir la especificidad a la cual se quiere dirigir y tratar de pasar de una clínica del borramiento a una clínica más bien de reconocimiento mutuo. Esto implica una cierta mediación, sin duda. 

Audrey Suárez:

Finalmente, ¿es el autismo una cuarta estructura, la estructura de lo real? ¿Puede plantearse así?

Andrés Amariles:

Sí, Buenas tardes y buenas noches. Mi pregunta, de alguna manera creo que está conectada con la de Audrey. Digo que lo que proponen las comunidades por un lado y la apuesta del psicoanálisis por otro, permiten pensar en la diferencia entre fenómeno y estructura. La apuesta por la identidad y el modo de vida se orienta especialmente por la dimensión del fenómeno y hacer del fenómeno un modo de vida. Desde el fenómeno, por ejemplo, se puede decir de alguien que parece autista o no, o que es autista o no.

Bueno, pero nosotros vamos por la dimensión de la estructura que solo se ubica y se lee bajo transferencia y que tiene que ver con un modo de responder ante lo real y, por lo tanto, un modo de sufrir y de arreglárselas. 

Hoy, ante las nuevas manifestaciones clínicas y lo que usted nos comenta de la amplitud del espectro fenomenológico, ¿qué puede decir el psicoanálisis sobre lo que es lo específico de la estructura autista y lo específico de su forma de responder ante lo real?

Carlos Chávez:

Bueno, buenas noches, Eric. Entiendo que se anima, se alienta la práctica entre varios en los distintos países de Latinoamérica. Mi pregunta es: ¿qué diferencia hay de tratar entre práctica entre varios, de tratarlos en el consultorio privado?

Éric Laurent:

Muy bien. Tres preguntas muy resumidas -gracias a los que hicieron el esfuerzo-, y son fundamentales al mismo tiempo.

Creo que, efectivamente, el autismo es una cuarta estructura, pero el tema es ¿entonces cuál? Y vemos que esto es un work in progress en el debate. Por ejemplo, vemos que estamos construyendo las herramientas para acercarnos a esto. Un argumento fue difundido por Jean-Claude Maleval que tiene toda su vigencia y es que un autista no se transforma en un psicótico, un autista se transforma en un otro modo de autismo. Digamos, sólo Elon Musk puede pasar del autismo a la paranoia generalizada. Él sí, pero los comunes mortales tienen una dificultad con esto. Y, efectivamente, esto nos permite -es uno de los argumentos- y nos hace considerar la existencia de la estructura -más allá de los fenómenos- autista como tal. Pero ¿cómo está hecha?

Y en esto vemos el debate entre lo que propuso Jacques-Alain de la forclusión del S1 como elemento central de la estructura del autismo en el texto que se encuentra en el “Prefacio” del libro de Jean-Claude Maleval, el último, y las discusiones que propuse. Efectivamente, Maleval pensaba que no, que había argumentos para no pensar una forclusión del S1 porque al final los autistas podían producir una enunciación. Me pareció que esto no es contradictorio. Se podría pensar muy bien al nivel de la estructura una forclusión del S1 -como dice Jacques-Alain- que produce la repetición de lo mismo y, al mismo tiempo, con la constitución de las cadenas metonímicas -de una metonimia distinta de las metonimias psicóticas-, la metonimia que llamé «de los circuitos». Son como el retorno de la fragmentación en objetos de goce que permiten la constitución de estas cadenas. Gracias a esto se ve cómo uno puede pasar de la constitución de estas cadenas, de estos bordes a la lengua privada como un borde con la lengua común y, después, a un modo de enunciación de la lengua privada dentro de la lengua común.

Y esto me parecen etapas que nos permiten constituir la especificidad de la estructura autista desde el punto de vista de nuestra orientación psicoanalítica. Todo esto se está discutiendo. No son dogmas. Son modos de discutir propuestas diversas, pero creo que, a medida que se desarrollan nuestras discusiones, vemos cristalizar de manera más precisa los modos de definir la estructura autista desde nuestro punto de vista.

¿Cuál es la diferencia entre la práctica entre varios y el consultorio? Eso depende mucho, efectivamente, del nivel de funcionamiento -como diría Asperger-. Efectivamente, el consultorio -para resumir- funciona muy bien con los de alto nivel, que pueden aprovechar la sesión, etc. Funciona menos con los que tienen mayor dificultad de entrar en la lengua en los cuales después de las sesiones los padres dicen: “¿Qué hacer con ellos?”, padres que no pueden acoger, soportar, ser un apoyo para los niños, etc. Son padres que necesitan un modo de alivio que no puede dar el consultorio. Entonces, estos sí necesitan una institución, una institución que pueda acoger a este niño y seguir trabajando con él. Nosotros no hacemos lo que los educadores ABA hace, el transformar padres en educadores 10 horas al día de sus niños. Esto es una mutación que no consideramos válida. Los padres tienen que mantenerse como padres como tal y no transformarse en hora 24 horas al día. Entonces, la articulación de los que pueden beneficiarse del consultorio o de la institución, de cómo mantener a los padres en su lugar de padres y, al mismo tiempo, aliviarles de esa posición, con todo esto va el tacto de las instituciones que tenemos que desarrollar precisamente.

Bien. Un impresionante trabajo. ¡Ánimo! Gracias por su invitación. Gracias a todos por su trabajo que -insisto- tienen que recopilar, presentar y transmitir a otros espacios. Esto dará una vitalización grande de nuestros intercambios.

Gracias y hasta la próxima.

Elida Ganoza:

Excelente, muchas gracias. Bueno, antes de finalizar. ¿Ya se fue Eric? No, todavía no te vayas, Eric, para despedirte. Y, además, en esta excelente conversación también quiero agradecer a Viviana Berger, directora del INES, por haber hecho posible este encuentro con los espacios de investigación y conversar contigo. Y, también, aprovecho para agradecerle a ella por haberme invitado a acompañarla en su directorio durante más de tres años, lo que ha resultado para mí una experiencia muy enriquecedora y que concluye hoy, por lo que invito a Viviana a que cierre la mesa y nos dirija unas últimas palabras. 

Éric Laurent:

Si Viviana no hubiera sido intermediario, esto no hubiera existido. 

Elida Ganoza:

Exacto.

Viviana Berger:

Buena, la verdad que cerramos la gestión con muchísima satisfacción. Creo que hemos hecho una remodelación del instituto que había que hacer y la incorporación de estos espacios de investigación realmente nutren el crecimiento no sólo de la cuestión conceptual, sino también de todos los que se suman al instituto para alojar así su deseo de investigar y su deseo de saber. Desde ya, Éric, agradecemos muchísimo la motivación, el incentivo a que estas conversaciones este nos dejan. Bueno, y será hasta muy pronto.

Éric Laurent:

Hasta pronto.


[1] Transcripción de: (30) Autismo y Psicosis ESIAPP: Nuevas versiones de la batalla del autismo – YouTube

[2] Miller J.-A., Dócil al Trans – por Jacques-Alain Miller – 2021/04/22 – PSICOANÁLISIS LACANIANO (psicoanalisislacaniano.com)

Respuesta

  1. Avatar de GUADALUPE ALAIDA RODRIGUEZ BOLAÑOS

    Muchas gracias por compartir tan excelentes comentarios que aperturan la discusión y el entendimiento de temas tan interesantes. Seguimos a la espera de más comentarios aclaradores!!!!

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