ITERACIÓN Y CONGELAMIENTO DEL S1 EN EL SUJETO AUTISTA
Por Jean-Claude Maleval
2023-02-04
José Borlle:
Bien. Muchísimas gracias por esta conferencia que nos ha brindado, sobre todo por las orientaciones clínicas. Dieron ocasión para algunas preguntas y comentarios que voy a leer. Les comento que voy a tomar dos en principio de los comentarios y preguntas y luego, de acuerdo con el tiempo, vamos a ir agregando algunas más para no extendernos demasiado.
En principio, hay una intervención de Rumina Fernández. Rumina dice: “Teniendo en cuenta que el diagnóstico diferencial es importante para la dirección de la cura, ¿cuál sería la orientación para hacer la diferencia entre autismo y psicosis con niños pequeños donde la inclusión de la lengua todavía no está estabilizada?
Jean-Claude Maleval:
El diagnóstico diferencial, efectivamente, es un punto en el que insisto, muy importante. No conducimos la cura de un autista, de un neurótico, de un psicótico de la misma manera. Entonces, digamos rápidamente que para el psicótico el punto capital es de, sea poner en juego una suplencia o de favorizar o restaurar un punto de apoyo en un partenaire. Para el sujeto autista, todo pasa por el borde. El borde es un objeto que puede ser un animal o una persona, pero que se adjunta a un exceso de goce, pero a partir del cual el sujeto se anima y el objetivo es, por supuesto, situar un borde. En las formas más severas no hay un borde. Y luego hacer que el goce un poco desinvestida -el goce del borde sea un poco desinvestido- para que pueda progresivamente revestida.
Este concepto nuevo de «borde» el que es totalmente esencial para conducir la cura de los autistas. Éste no tiene equivalente en aquella de los psicóticos.
En cuanto al lenguaje, hay muchas maneras para el autista. Hay una manera -en la que insistí hoy- que es la lengua reificada, la que le permite comunicarse, la que da ciertos puntos de referencia en el mundo. Es una lengua cortada de sus afectos. Entonces, la interpretación no tiene mucho que ver ahí. Sin embargo, con esa lengua de signos, esa lengua reificada, el sujeto puede adquirir cierto número de puntos de referencia que lo protegen del caos y que son un poco estabilizantes. En fin, lo inquietan menos. Están menos inquietos cuando el mundo es comprensible. Es sobre todo a través de esta lengua de signos, de esta lengua reificada que logran hacerlo.
Luego, habrá que tomar las cosas al caso por caso como siempre.
José Borlle:
Muchas gracias. Vamos a tomar otra pregunta que es de Mirka Zbrun. ¿Podemos pensar si las manifestaciones del Uno en el autismo puede ser un acontecimiento como en la neurosis?
Jean-Claude Maleval:
El Uno en la neurosis es lo que está en el principio del sinthome. Lo que se trata de mostrar en evidencia a través de la cura atravesando las identificaciones narcisistas. Es ahí donde el Uno es acontecimiento. No dije que el Uno sea acontecimiento en el autismo. El Uno en la neurosis está articulado bajo un acontecimiento de cuerpo inicial. En el autismo, a menudo es la inmutabilidad la que viene del orden de las cosas, es una sucesión reglada que el sujeto busca mantener o bien es una elección de su parte. Pero no es un acontecimiento de cuerpo. Es una creación en su parte, mientras que en la neurosis viene a tocar el cuerpo. En la neurosis se trata de descifrar eso, hasta llegar a la cifra del sinthome. En el autismo es muy diferente. En el autismo la iteración está al servicio de un ordenamiento del mundo y de una protección contra lo inesperado. Entonces es muy diferente.
José Borlle:
Muy bien, muchas gracias. Pasemos entonces a la pregunta de Maximiliano Mó. Dice: “En ese matar el sentimiento de la vida por lo aterrador de lo imprevisible, en esa falta de dinámica propia esperando que el objeto la proporcione, ¿cómo pensar un lugar para el lazo en la transferencia?”
Jean-Claude Maleval:
No es muy claro. Si la pregunta recae sobre la transferencia, el punto esencial para aprehender la transferencia en el autismo es que se trata de aceptar hacerse borde, de aceptar el convertirse en un borde para el autista.
La primera cosa es, por supuesto, hacerse aceptar porque al inicio no hay transferencia; el autista no desea investir al terapeuta, quien más bien lo pone intranquilo. Hay que hacerse aceptar como borde.
Cuando uno es aceptado como borde, el autista está en una gran dependencia al analista, al cual sitúa como lugar de su dinámica.
Entonces, luego es necesario vaciar el exceso de goce adjuntado al analista desviándolo hacia objetos, hacia otras formas de bordes de los cuales los más útiles son los intereses específicos. Es con los intereses específicos que el autista puede crear un lazo social. Es gracias al borde que el autista logra generar lazos sociales, a veces, gracias al interés específico. Por ejemplo, el caso de Joey quien tenía una pasión por la electricidad. Su máquina de cartón se suponía que le dotaba de electricidad cuando era niño. Y en la edad adulta se volvió electricista. Asperger había notado que lograban hacer un oficio ligado al interés específico de la infancia.
José Borlle:
Paso a leer, aprovechando estos minutos que nos quedan -por supuesto que van a quedar aportes ya que el tiempo es acotado- el mensaje de Diana Boicovitch: “Muchísimas gracias por su conferencia tan detallada y esclarecedora. Quisiera entender cómo es posible el pasaje de la iteración a la reflexión sobre lo vivido cuando se leen los testimonios de Grandin y Williams.”
Jean-Claude Maleval:
Mi idea es que la iteración es un efecto del congelamiento del S1. La iteración en Grandin o en Williams se traduce en conductas de inmutabilidad. Grandin así como Williams son autistas de alto nivel. Es decir hay descongelamiento del S1. Entonces, son sujetos que no están dominados por la iteración. Aun si subsisten algunas tendencias a la inmutabilidad -ellas lo dicen-, tienen ciertas rutinas, pero son capaces de sobrepasarlas. Lo que quería subrayar en este artículo es que la iteración no es lo esencial del autismo. Lo que es esencial es el congelamiento del S1. Las conductas de iteración son conductas basadas en el congelamiento del S1. Como lo subraya en su pregunta, eso puede ser sobrepasado en el autismo de alto nivel. No es la iteración la que domina en los autistas de alto nivel ya que pudo operar un descongelamiento del S1.
José Borlle:
Bien. La idea era culminar 11:30. Vamos a leer otra intervención si está de acuerdo el Profesor Maleval. Quedarán pendientes algunas por leer. Voy a tomar una pregunta de Victoria Pacheco: “¿Cómo pensar la posición del analista en la transferencia cuando hay un intento del sujeto autista de protegerse de lo inesperado, del caos de la vida?”
Jean-Claude Maleval:
Como lo decía hace un instante, la idea capital es que el analista debe aceptar tomar el lugar del borde. Eso permite al sujeto autista un abordaje del mundo estando protegido por el borde. Esto lo protege del deseo del Otro. El borde es un objeto que hace mediación entre él y el deseo del Otro. La otra protección que le da el borde es que va a proyectar el S1 en el borde. Es éste el que va a convertirse en el lugar de su dinámica. Al principio, la transferencia puede estar entrabada, pero cuando no lo está, esto puede dar una transferencia intensa. En ese momento el sujeto se vuelve muy dependiente del analista; espera demasiado de él. Entonces, es necesario vaciar el goce en exceso puesto en el analista y desviarla hacia otros bordes más útiles socialmente.
Esto puede estar ligado con la idea de que para el sujeto autista todo debe ser indirecto -es lo que dice Williams-. El borde puede ser un modo de establecer una relación indirecta al mundo exterior y a los otros, sobre todo.
Entonces, no hay que olvidar que el sujeto tiene el objeto a en su mano. En la transferencia extrema va a tener tendencia a dominar el objeto que el analista es. Es necesario dejarlo poco a poco soltar ese dominio, lo que es una manera de hacer que haya una pérdida de goce para él.
José Borlle:
Hay un montón de mensajes de agradecimiento y preguntas en torno a la transferencia, lo que de alguna forma ya fue respondiendo Maleval. Leo una pregunta más de Juan Manuel Mordini: “¿El lenguaje cosificado es una defensa frente a la presencia del objeto a o como Lacan define la angustia -la falta de la falta-?”
Jean-Claude Maleval:
La defensa desde la óptica de la falta de la falta es el borde. El borde es una manera de tener el objeto a en su mano. Es decir, no está perdido -como en la neurosis- ni es invasor -como en la psicosis-. La lengua de signos, la lengua reificada protege, no contra el objeto a, sino contra el agujero, contra una hiancia en lo simbólico, protege contra lo inesperado. La sorpresa puede ser angustiante también. Pero no es el objeto que sorprende, sino un agujero en lo real -diría-.
José Berllo:
Muchísimas gracias por todos los aportes y todas las respuestas que nos ha dado Maleval. Paso la palabra a Jorge Yunis para dar cierre a la jornada de trabajo de hoy.
Jorge Yunis:
Doctor Maleval, su exposición ha sido muy clara, muy rigurosa y muy rica. No nos queda sino agradecerle este aporte y su generosidad. Le deseamos un buen fin de semana.
Jean-Claude Maleval:
Les agradezco por su invitación y sus preguntas que han sido muy pertinentes. Espero algún momento irles a visitar.
Jorge Yunis:
Muchas gracias.
Jean-Claude Maleval:
Hasta pronto.
*Preguntas realizadas durante la conferencia «Iteración y Congelamiento del S1 en el sujeto autista» abriendo el «Taller de Psicoanálisis 2023» organizado por Jorge Yunis.

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