EL SÍNTOMA
por Marc Darmon
Conferencia en Salvador de Bahía, Brasil[1]
2016-12-01
Preludio (entrevista realizada por Sandra Pedreira antes del coloquio).
S.P.: Soy miembro del Espacio Moebius Psicoanálisis y hoy está aquí en mi consultorio, en mi gabinete el doctor Marc Darmon, quien va a conmemorar junto con nosotros los 25 años de nuestra institución. Este año el Espacio Moebius trabaja alrededor del síntoma en psicoanálisis y el doctor Marc Darmon dará en nuestra Jornada una conferencia y un seminario. El doctor Marc Darmon es psicoanalista, miembro de la ALI, Asociación Lacaniana Internacional, y tiene un trabajo muy dedicado a la topología y a la lectura de la clínica desde la topología lacaniana. Y en este momento le voy a pregunta cómo va a abordar la cuestión del síntoma en psicoanálisis.
Buenas noches, doctor Marc Darmon. ¿Cómo se aborda la cuestión del síntoma en psicoanálisis? ¿Qué podría decirnos sobre ello?
M.D.: Muchas gracias, Sandra. Primeramente, estoy muy contento de regresar, porque ya vine por primera vez para los veinte años del Espacio Moebius. He podido constatar que en esa ocasión ustedes ya habían trabajado mucho la topología. Y estoy contento de abordar la cuestión del síntoma, no del sinthoma, desde el punto de vista topológico. Vamos a decir que el síntoma es algo propio del psicoanálisis en relación con cómo se diferencia del síntoma médico. El síntoma médico es un signo, el síntoma en sentido psicoanalítico es un significante. ¿Cuál es la diferencia? Bueno, que el síntoma médico reenvía a un síndrome, a una enfermedad. El síntoma psicoanalítico reenvía a otro significante que es inconsciente. Ese significante inconsciente en la cura es soportado por el analista. Es decir que el analizante busca en el psicoanalista ese saber sobre el síntoma que es inconsciente. Lo más evidente es el síntoma histérico, la conversión. Para devenir síntoma es necesaria una complacencia somática que permite al síntoma fijarse con una parte inconsciente que es el sentido de ese síntoma. Lacan se acercó a esa cuestión para acentuar el carácter lenguajero del síntoma, por ejemplo, una histérica que cae. Tiene crisis de convulsión histérica. Entonces la parte inconsciente es alguien que la “dejó caer”. Y ese alguien que la dejó caer es el analista quien va a tomar posta. Entonces ya se puede ver la dimensión de lo inconsciente. No se puede decir que el inconsciente está en la cabeza del paciente, que es la forma fácil de situar al inconsciente es decir que está en la cabeza, en el cerebro del paciente. Lo que Lacan trae es una concepción topológica. Se puede decir que el inconsciente está entre el psicoanalista y el psicoanalizante. Lacan utilizó varios espacios topológicos, por ejemplo, la banda de Moebius. También hizo un seminario que se llama “Joyce el síntoma” que trata particularmente esa cuestión, dando otro nombre al síntoma, llamándolo sinthome y es la concepción del nudo borromeo lo que permite explicar eso. Entonces, cuando se da otro nombre, aunque sea solo por una pequeña diferencia, implica una diferencia en el sentido. Entonces vamos a tratar esa diferencia con ustedes.
S.P.: Entonces, doctor Darmon, usted nos dijo que en el seminario que trató sobre Joyce, Lacan nos sugirió de un cuarto nudo. Un nudo de cuatro y que Lacan da el nombre de sinthome. ¿Qué opina de eso? En la clínica, ¿precisamos trabajar con un nudo de cuatro o un nudo de tres es suficiente?
M.D.: Efectivamente, es una pregunta muy interesante hoy porque cuando Lacan introduce en el seminario El sinthome ese cuarto nudo, aparece como indispensable ese cuarto elemento que fue primeramente presentado como siendo el Edipo, el Nombre-del-Padre, aparece como indispensable para anudar el nudo borromeo. Pero, la existencia misma del nudo borromeo de tres muestra que el de cuatro no es indispensable. Y si se considera la clínica contemporánea, nos encontramos sujetos cada vez más soportados y anudados por el nudo borromeo de tres, es decir prescindiendo del cuarto, lo que es una pregunta vida de la clínica contemporánea, la cual vamos a discutir juntos.
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Seminario
M.D.: Estoy muy contento de regresar en esta ocasión. Agradezco a Sandra y a los organizadores de este coloquio. Voy a hablarles esta noche del síntoma partiendo de un caso clínico que conocen, el caso Dora. Supongo que ustedes lo han leído al menos diez veces. Entonces es un caso clínico que va a permitir que discutamos.
Entonces, será la oportunidad también de hacer valer el interés para nosotros, para nuestra clínica, para nuestra práctica de la topología. El interés por la topología no es mayoritario. Aurelio ha dodo ese nombre de “Espacio Moebius”, el nombre de una superficie topológica, a una orientación. En la ALI, en la que he sido presidente durante un tiempo, hemos dedicado estos últimos años a desarrollar y a subrayar el interés de la topología. Entonces, en el caso Dora, vamos a intentar demostrar cómo la topología nos permitirá comprender ciertos hechos, ciertos movimientos. Vamos a interrogar la acción de Freud, cómo se las arregló, cómo pudo arreglárselas de otra manera tomando esa consideración, -es muy fácil decir tiempo después: “Ah, Freud hubiera tenido que actuar así”- pero vamos a lanzarnos en ese intento de pensamiento.
El objetivo es encontrar otras salidas para esa cura que aparece como decepcionante. Dora era una joven cuando se encontró con Freud. Freud nos dice que tiene 18 años en el momento de su análisis, en realidad tenía 17. Ella se llamaba Ida Bauer. Viene de una familia muy rica, su padre tiene dos fábricas textiles, es Philip Bauer. Logró éxito en sus negocios, es muy inteligente y libre en sus costumbres. Entonces, su familia viene de la bohemia de 1850 y vivieron en Viena en la misma calle que Freud.
Philip Bauer, el padre de Dora, encontró por primera vez a Freud debido a trastornos neurológicos. Freud le diagnóstico una tabes, una sífilis terciaria. Le trato eficientemente por esa enfermedad. Freud así detectó el origen sexual del trastorno del padre de Dora, o sea que de alguna forma era en relación con una sexualidad ilícita. Eso tiene su importancia en la secuencia de la historia.
Entonces, Dora se encuentra con Freud por primera vez a la edad de 15 años por problemas de disnea, de respiración difícil. Freud diagnostica una histeria y propone un análisis. Entonces, el síntoma que algunos críticos de Freud decían que simplemente era asma, pero creo que en ese entonces no eran capaces de diferencial de una disnea de angustia de una crisis de asma. Ustedes ven que lo que evocaba Aurelio, la diferencia entre un síntoma médico -algo que reenvía a un síndrome o a una enfermedad- y un síntoma tal como Freud lo recibe, de entrada. Es decir que reenvía a un significante. La familia de Dora no da secuencia instantáneamente a su primera consulta con Freud, sino que ella regresa acompañada por su madre 2 años más tarde porque atraviesa un periodo muy difícil. Presenta problemas de expresión física, sufre aún de disneas, de afonía -que tiene relación con la disnea. También tiene problemas del caminar después de una apendicetomía. Está deprimida y escribió una carta que inquietó a los padres donde anuncia su suicidio. Entonces, esa carta es puesta dejada en evidencia al alcance de los padres quienes la interpretaron como un llamado.
Freud comienza este análisis que va a durar 11 semanas. Es corto, ni tres meses. De entrada, el texto de Freud es particularmente interesante. Es inagotable en el nivel de la riqueza, de los detalles, de la fineza de los anotaciones. Freud va a decir que es “caso moderno”. Entonces, Freud su texto en tres partes. En la primera parte escribe sobre el estado de la enfermedad. Otra parte sobre el primer sueño. Y después la última, sobre el sueño que anunciaba el final de la cura. El nudo del asunto, si puedo hablar de nudo desde ya, es que Dora es un objeto de intercambio. El padre de Dora, Philip Bauer, con tantas cualidades está enfermo, sufre de una tuberculosis y el tratamiento de esa tuberculosis lleva a su familia, lejos a la montaña. Es ahí donde va a encontrar la familia, al Sr. K y a la Sra. K. La Sra. K es una señora desdichada por su matrimonio. Ella se ocupa activamente de Philip Bauer, ella le cuida, lo mima y ahí va a desarrollarse una relación amorosa entre ellos. Entonces, el Sr. K es un hombre promiscuo, explica que la Sra. K fue dejada de lado, y de cierta manera hay un intercambio que no es explícito, que es implícito, que Dora -siendo muy perspicaz, inteligente, bella y fina- detecta de inmediato. Es decir que ella es objeto de intercambio, que el Sr. K está dispuesto a dejar que una relación amorosa se desarrolle entre la Sra. K y Philip, y de su lado él hace las cortes a Dora. Él no pierde tiempo ya que, como Dora tiene apenas 14 años, él la intenta besar en su tienda. Entonces, Dora huye y para Freud es un signo de histeria porque normalmente debería haber sentido placer y deseo. Entonces, el hecho de haber sentido rechazo y asco, es para Freud un singo de neurosis. Es importante, porque ahora podemos reír de la opinión de Freud, pero él detecta en eso un signo importante de la histeria de Dora.
No hemos hablado de la madre de Dora, quien es descrita por Freud como poco educada, simple, y ocupada en limpiar la casa. Freud dice “psicosis de la limpieza”. Podemos entender esa actitud en relación con lo que le sucedía a su marido, con una enfermedad venérea, como algo sucio. De ahí la obsesión de la limpieza. Pero iba más allá, la familia no tenía derecho de moverse en ese apartamento, estaban sometidos a reglas estrictas. Vemos bien que Dora no ve en su madre un modelo de identificación. Ella tuvo que buscar ese modelo en otro lado.
Retomando la historia de Dora, después del episodio a los 14 años, los años pasan y es la famosa escena del lago la que viene. Dora es invitada es invitada con su padre a pasar unas vacaciones con la Sra. K. En un paseo alrededor del lago, cerca de un bosque, el Sr. K se declara a Dora, y le dice a Ida que su esposa no es nada para él. Y Dora reacciona a esa declaración del Sr. K con una cachetada y huye por el bosque. Después, se queda tres días preguntándose cómo reaccionar y temiendo que el Sr. K venga a su casa de manera sorpresiva cuando ella se hace la toilette. Entonces, ella tiene un sueño repetitivo en el que su padre la despierta estando delante de su cama, la casa está en llamas y el padre dice a la madre y a todo el mundo que salgan. Dice a la madre: “La casa está en llamas, los niños están en peligro y tú te ocupas de tu cajita de joyas”. Entonces, la cajita de joyas Freud la interpreta como el sexo femenino, recalcando que en alemán caja de joyas está muy próximo a caja de desechos, lo que recuerda en esa proximidad está el goce y el asco. Dora reclama a su padre y pide que partan, y denuncia al Sr. K, el padre está obligado a reaccionar convocando al Sr. K y el Sr. K se defiende diciendo que Dora es una jovencita que tiene lecturas comprometedoras, o sea que ella estaba leyendo obras y textos sobre sexualidad, de lo que había hecho confidencia a la Sra. K, quien era su amiga. Dora se siente traicionada por todos lados, traicionada por su padre quien cree en la versión del Sr. K porque para él es conveniente, y por la Sra. K quien ha hablado a su marido de las lecturas comprometedoras de la hija.
En relación con ese primer sueño analizado por Freud es la cuestión de la feminidad. Esa feminidad que, cuando Lacan retomó ese caso, definió como la pregunta por la feminidad. Ella no puede tener respuesta de parte de su madre, sino que la busca a través de la amistad con la Sra. K, que vamos a ver en el segundo sueño, esa pregunta por la feminidad que busca su respuesta en el personaje de la Sra. K. Dora como histérica ama y es amada por procuración, es decir es amada por el padre más allá de la Sra. K, es amada por el Sr. K más allá de su esposa y ella se encuentra en así en un lugar privilegiado en ese intercambio.
El segundo sueño es un sueño de final de cura. Está en un país extranjero y recibe una carta de su madre que le anuncia la enfermedad de su padre y después el fallecimiento de su padre. Ella busca volver a su casa, en su carta la madre decía que salía de la casa del padre. Ella tiene una serie de desventuras en las estaciones para llegar a su casa y le dicen que su familia está en el cementerio. Entonces, es un sueño en el que aparece el prometido en las asociaciones de Dora, el comprometido aparece en ese sueño porque -bueno, no el prometido sino un hombre que quería pedir la mano de Dora- estaba en el exterior reuniendo dinero para poder pedir la mano de Dora y entonces es un joven que efectivamente va a casarse con Dora dos o tres años después del análisis.
Bueno, no les voy a contar todos los detalles de la vida de Dora, aunque haya testimonios de la vida de ella después de análisis. Según algunos testimonios que son más bien desfavorables, por ejemplo, que Dora era una mujer insoportable, pero se trataba sin duda de ir contra Freud. Otros testimonios en cambio decían que Dora tuvo una vida agradable, al menos hasta antes de la muerte del marido y de la llegada de los nazis al poder. Tenía una vida mundana, jugaba con la Sra. K al bridge, tuvo un hijo que se llamaba Kurt Adler quien se volvió músico quien colaboró con Juanito, quien se volvió director de ópera. Se dan cuenta entonces que es un mundo pequeño. Todo el mundo se conoce.
Entonces, pido disculpas de haber contado el caso Dora con demasiados detalles, pero es útil siempre refrescar la memoria y que cada uno tenga en la cabeza el caso en cuestión y que tenga en mente el sistema de intercambio.
El esquema L es un primer esbozo de topología. Es un primer grafo en el que hay dos ejes, el simbólico y el imaginario. Pueden ver aquí un poco la disposición. Es el circuito de la palabra. Tienen unos círculos blancos desde dónde parten las flechas. Las flechas salen del gran Otro, lugar del significante, y el yo (moi) está determinado completamente por lo que le viene del Otro; y por otro lado está determinado por la imagen del pequeño otro. Entonces, los círculos negros son los que están atravesado por el circuito. Entonces, el sujeto está atravesado por ese discurso del Otro que Lacan designa como inconsciente. Primeramente, hay que decir que se trata de un esquema que rompe con la distinción entre intersubjetividad e intrasubjetividad. Es decir, que es un esquema que describe la estructura del sujeto, pero Lacan lo utiliza indiferenciadamente para describir la estructura del sujeto o para describir relaciones intersubjetivas entre varios personajes que toman lugares.
Entonces, lo que hace en su texto sobre La carta roblada, y lo que realiza en comparación al caso de la joven homosexual y el caso Dora. Ven ustedes aquí la utilización de esa topología del esquema L colocando diferentes lugares y los personajes en esos puntos. Dora se sitúa en donde estaba el yo, su objeto el Sr. K, la Sra. K es la pregunta y el padre es el inconsciente de Dora.
Como saben, Lacan no se quedó en el esquema L, desarrolló otras topologías y en particular la topología del cross-cap, del toro y de la banda de Möbius en el seminario La identificación, y después desarrolló a partir del seminario …o peor el nudo borromeo.
Para regresar, a la cuestión que nos reúne hoy, la cuestión del síntoma, Freud da indicaciones muy interesantes sobre el síntoma histérico en el caso Dora. La particularidad del síntoma histérico es que concierne al cuerpo. Dijimos antes, no como un signo de la enfermedad, como síntoma médico sino como significante. Freud habla de una prevalencia somática en la histérica, se la tradujo como complacencia somática, es decir que hay un punto débil a nivel del cuerpo en el cual las significaciones inconscientes van a engancharse. La diferencia, con la neurosis obsesiva, por ejemplo, en donde la cadena significante inconsciente va a desembocar en un síntoma psíquico, es que en el síntoma histérico el proceso significante inconsciente de fabricación del síntoma se va a relacionar con un punto débil a nivel del cuerpo. Freud interpreta el síntoma de conversión de Dora, por ejemplo, la tos, que la interpreta, por una parte, como identificación al síntoma del padre, que es la tuberculosis; es del orden de la identificación del trazo unario, de lo que Lacan va a desarrollar como trazo unario, es decir, como trazo del padre que es tomado para realizar la identificación. Ese síntoma que concierne el orificio bucal, la boca, envía también a un fantasma de felación de la Sra. K recibiendo el pene del padre de Dora. Dora tenía una particularidad a nivel oral, es el único momento que habla del hermano y se chupaba el dedo. Se chupaba el dedo agarrando la oreja de su hermano Otto. El síntoma de Dora acontece esencialmente en la esfera oral pero también a través de una sensación de opresión toráxica, que es el desplazamiento de abajo a arriba de la sensación de opresión del miembro del Sr. K cuando trató de besarla.
En lo que concierne los síntomas orales, se ve que un punto tal a nivel corporal puede reenviar a diferentes cadenas asociativas, a diferentes significaciones inconscientes. Cuando el síntoma histérico está instalado, esta conversión realizada va a constituir un punto de llamado privilegiado a la cadena inconsciente. Freud evoca el viejo recipiente de gamuza para transportar líquido, es una alusión al Evangelio, al vino nuevo en este recipiente, tiene riesgo de quebrarse. Pero para Freud se trata del lugar corporal de la conversión que, una vez instalada, puede servir para numerosas líneas asociativas inconscientes.
Lo que me llevó a la topología estudiada por Lacan en el seminario L’insu que sait de l’une-bévue s’aile à mourre -hay una combinación de dos lenguas en ese título porque l’une-bévue reenvía a Unbewuβt, a lo inconsciente en alemán–. Se trata en ese seminario del nudo borromeano hecho de toros. Aquí tienen dos toros R, I y un tercero el S y se hace un agujero en ese toro. A través de ese toro se va a retorcer el toro en cuestión. Le damos la vuelta y el toro toma la forma de trique -es decir que, a partir de la palabra tórico, si se le quita la “O”, queda como trico-, Lacan juega con la palabra histérica, a través de la transformación histérica en histórica, por lo que podría decirse que la persona histérica cuenta historias. Eso da la trique histérica. Es el Sr. K el que tenía la trique[2]. No se puede evitar en análisis de hablar de esas cosas.
Esa forma del toro no impide que la superficie continúe siendo un toro, pero lo que aquí estaba adentro se comunica con lo exterior e inversamente lo que estaba en el exterior es captado dentro del toro. Ahí tenemos un viraje del toro del Simbólico. Pero yo hago la hipótesis de que en la histeria es el toro de lo imaginario, aun si las otras dimensiones son tomadas en el interior de esa trique, en particular la dimensión del simbólico, del real y el cuarto anillo, el del Nombre-del-Padre, o del sinthoma, partiendo de la hipótesis que en la histeria el nudo inicial es un nudo de cuatro cuerdas en el que el cuarto hace falso-agujero con lo Imaginario. Esta disposición con viraje e inclusión de las dimensiones de lo Real, lo Imaginario y del Padre, esta configuración del toro del Imaginario dado la vuelta hace que la histérica tenga dentro de su cuerpo al Padre, el Simbólico y lo Real. Aun si son las manifestaciones histéricas las que operan en el cuerpo, es la voz del Padre que se pondría a proferir las cadenas significantes que estarían realizando síntomas de conversión a nivel de la superficie de ese cuerpo. Es decir que podemos comprender la frase de Lacan constituye el inconsciente de la histérica, es un padre incorporado que mantiene la estructura en trique.
Quisiera presentarles otra hipótesis topológica que permitiría avanzar en cuanto a la utilización de la topología en nuestra práctica, es decir que hablar que ese nudo de cuatro que acabamos de evocar en el volteamiento del nudo de lo Imaginario. Van a encontrar en El sinthome esa construcción del nudo de cuatro. Invito a aplicar lo que Lacan habló del esquema L, es decir que es una estructura intersubjetiva e intrasubjetiva. Hay muchas indicaciones en Lacan de esa utilización posible, el la que los diferentes redondeles pueden ser encarnados por diferentes personajes. Aquí tenemos una falso-agujero. Es decir, constituido por Dora y su padre, es decir, es una pareja que se sostiene junto a condición de que algo venga a realizar en el medio ese falso agujero. Lo que el sistema de intercambio de Dora, el Sr. y la Sra. K realiza es que el falso-agujero constituido por Dora y su padre es realizado y mantenido por el falso-agujero constituido por el Sr. K y la Sra. K.
Retengan que Dora está en azul y el Padre es el rojo. Es decir que cuando se intenta alejar a Dora de su padre, la pareja del Sr. K y la Sra. K viene en posición media entre el cordel del Padre y de Dora. Es decir que, cuando el Sr. K dice que su esposa no es nada para él, él deshace ese lazo y al mismo tiempo deshace el lazo entre Dora y su padre. Eso explica el pasaje al acto.
Ahora, la posición de Freud. Vemos a Freud sostener durante todo el análisis de Dora, sostener la solución de este caso. Es decir, que encontró al Sr. K porque fue el Sr. K quien presentó Philip Bauer a Freud. Encuentra que es un hombre aún joven, simpático y después de todo piensa que Dora podría dejarse tentar. Ven cómo Freud entra en el sistema, sosteniendo la solución Sr. K, es decir que sería un intercambio particular pero posible mientras que es un intercambio que rompe con las leyes del intercambio simbólico. Dora rechaza esa solución y rechaza a Freud al mismo tiempo. Saben cómo ella dio 15 días de aviso previo. Freud regresó en el caso de Dora y subrayó la importancia de la Sra. K y de la relación homosexual reprimida entre Dora y la Sra. K, lo que aparece en el segundo sueño. Ya que, en las asociaciones de Dora, se evoca una visita a Dresde y una visita al museo donde Dora se quedó durante dos horas admirando el retrato de la Madonna. Es decir que esperaba de una mujer ideal la respuesta a lo que ella se preguntaba. Podemos dar dos interpretaciones a ese sueño en el que se trata del amor al padre. Una interpretación que podríamos calificar de feliz, que Dora escapa a esa intercambio perverso entre adultos para salir de la casa paterna y su proyecto de matrimonio con el joven Adler. Y también, que el amor del padre en ese sueño que Dora no debe esperar nada de ese padre y que por el contrario esperaría el don de la feminidad de una Madonna, es decir de un personaje que estaría en posición de La mujer.
Voy a detenerme ahí. Les agradezco.
[1] Conferencia dictada por Marc Darmon en la 25ª Jornada de Psicoanálisis del Espacio Moebius, tomada de Internet:
https://www.youtube.com/watch?v=31pYfiCZumc
https://www.youtube.com/watch?v=yKMivRoQ5eM
https://www.youtube.com/watch?v=1qYg5H6NJGE
https://www.youtube.com/watch?v=f6UNVNTf52U
Último acceso : 2019-02-20
[2] En alusión a la erección del Sr. K.