Una Posición Éxtima – Por Isabelle Orrado – 2025/12/20

UNA POSICIÓN ÉXTIMA

Por Isabelle Orrado

2025/12/20


El texto de Sarah Camous-Marquis que acabo de leer es extraordinario y me permite poner en forma a un pensamiento que me ha estado atormentando desde el inicio de este debate. ¿Cuál es el propósito de este proyecto de ley? ¿Hablar de psicoanálisis o de esa zona mucho más difícil de definir que llamamos psicoanálisis aplicada a la terapéutica? Un intercambio durante un congreso de la AMP entre Guy Briole y Éric Laurent siempre ha servido de guía. Esto es lo que he aprendido: el psicoanálisis no entra en el campo de la terapia, pero entonces, ¿dónde se sitúa? Posicionado en el exterior, puede hacer retorno desde el interior, en las terapias de orientación analítica. Así, éste está en exclusión interna, «éxtima» señaló Éric Laurent. Me parece que de esto estamos hablando hoy.

Sería una pena reducir la pareja supervivencia/vida del psicoanálisis a una dicotomía simplista. Las prácticas orientadas por el psicoanálisis anudan estas dos dimensiones. En las instituciones, intentan sobrevivir un poco más, siendo atacados regularmente por lo «neuro» u otras oleadas. Su subversión solo puede ponerla en esta situación incómoda pero esencial: éxtima. Y si se tolera, no es por generosidad o gratitud, sino porque sus efectos son concretamente realzados por todos. Es aquí, a nivel de clínica, donde es esencial no ceder en nada en la agudeza del psicoanálisis, que reside en los actos realizados por los practicantes (y de las cuales las J53 nos han mostrado el amplio rango que puede abarcar la interpretación y su forma a veces radical, a veces contenedora, etc.). Lejos de los discursos ideológicos, aquí es donde vive el psicoanálisis, inventándose cada día con cada parlêtre.

En este sentido, hablar de dignidad no me parece un insulto al psicoanálisis, todo lo contrario. La dignidad del paciente que es escuchado lo más fielmente posible a sus producciones (y lo real que a veces le asalta), incluso en el niño que encuentra en las prácticas orientadas por el psicoanálisis a una partenaire que se toma muy en serio lo que dice o manifiesta. Dignidad también para los padres que son escuchados en su sufrimiento al ver cómo el desarrollo de su hijo sigue un camino diferente al ideal que tenían.

Si queremos que el psicoanálisis exista en instituciones sanitarias o sociales, ¿no debemos saber a minima hablar la lengua del Otro sin ser incauto por de eso? Y, en paralelo, ¿no ceder en nada de nuestra posición ética: siempre convocar al sujeto a su responsabilidad? Entonces quizá podríamos elevar la orientación analítica a la dignidad de una práctica institucional.


*Orrado I., «Une position éxtime», Debate 13, ECF Messager, 2025/12/20

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