TRES PREGUNTAS A CHRISTIANE ALBERTI Y RICARDO SELDES
Por Romain Aubé & Dominique Pasco
2025/12/07
La Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) reconoce siete Escuelas en el mundo y cada dos años ofrece un congreso que ofrece orientación. ¿Qué aporta según ustes esta oportunidad de congregación?
Christiane Alberti, presidenta de la AMP:
La AMP es una consecuencia de la enseñanza del Dr. Lacan, tal como se ha extendido por todo el mundo. Es la primera asociación internacional, desde aquella anhelada por Freud, que reúne a psicoanalistas más allá de las fronteras. Cuando todo en el momento presente avanza hacia la dispersión y la fragmentación, una congregación así tiene un significado político innegable.
Cada dos años, la AMP reúne a miembros y no-miembros en torno a un tema para avanzar en la disciplina. Es una oportunidad para actualizar la doctrina y la práctica psicoanalítica para tener en cuenta el contexto de su oferta en el mundo. Este año, del 30 de abril al 3 de mayo de 2026, el congreso se celebrará en París en persona y por videoconferencia. El hecho de que esta reunión se celebre en París le da una nueva apusta porque es en Francia donde acabamos de escapar por poco de un ataque sin precedentes al psicoanálisis, en forma de una enmienda[1] tan odiosa como infundada, destinada a desacreditar esta disciplina.
Este será precisamente uno de los retos de las múltiples salas y los intercambios, traducidos simultáneamente en cinco idiomas, entre profesionales de tantos países. Al exponer su práctica actual, durante las secuencias clínicas del congreso, los psicoanalistas ponen a prueba los resultados de su experiencia y los hacen reconocer por el auditorio presente. Se trata de articular nuestra práctica cada vez mejor.
Este congreso tiene por título No hay relación sexual. Desde la clínica analítica, examinaremos los principales cambios relacionados con la promoción de la norma de igualdad y consentimiento entre los sexos y las sexualidades, las consecuencias de la revolución #MeToo y las profundas convulsiones en las estructuras familiares. En efecto, el movimiento #MeToo no solo se ha centrado en las víctimas de agresión sexual, sino que ha participado en una notable recomposición de la distinción entre lo que está permitido y lo que está prohibido. Tiende a imponer nuevas referencias y valores comunes, un nuevo ethos que Irène Théry no duda en llamar una «nueva civilidad sexual».[2] Es el consentimiento al intercambio sexual en sí lo que se ha convertido en el criterio para el consentimiento, independientemente del régimen matrimonial. La visión de la sexualidad sale de ahí transformada.
En el momento de preparar el próximo congreso, es necesario leer una lección de Jacques-Alain Miller, clara como el día, que pronto se publicará en el blog dedicado. En él, despliega una tesis tan simple como evidente sobre la sexualidad desde Lacan. Si en Freud la libido se combina con la pulsión, es precisamente la relación del goce con la sexualidad la que Lacan pone en duda. Este último va a operar una reducción del propio concepto de sexualidad. El cambio fundamental radica en simplemente decir que es esencialmente la relación de un sexo con otro, de un ser sexual con otro, de un cuerpo sexual con otro: «Tal es la precisión y reducción más simples que Lacan aporta al concepto freudiano de sexualidad, es una relación. De ahí proviene su valor, decir que, a diferencia de la sexualidad, el goce no es como tal una relación, sino que es incluso la negación de ésta. Por tanto, el goce no se abre al Otro, por eso la he llamado autístico.»[3]
En la tentativa de querer encerrar todo el goce en lo sexual, la era destaca como nunca antes que hay en la vida sexual lo que circula, cambia, desliza, inviste, se desinviste; en la relación con el Otro, es él, ahora, será otro mañana. También está igualmente aquello que de lo sexual no hace relación con el Otro y que debe ser superado para hacer lugar a la relación al Otro, de ahí la tensión entre el goce y el amor: hay fracaso sexual.
El título de este XV Congreso de la AMP hace por tanto referencia al aforismo de Lacan: No hay relación sexual. Subvierte una creencia bien transmitida por el discurso capitalista actual y, al mismo tiempo, reintroduce la primacía freudiana de lo sexual. ¿Qué problemas cruciales plantea esto?
Ricardo Seldes, Director del XV Congreso del AMP:
Una de las creencias más extendidas sobre el capitalismo en nuestro tiempo es la idea de que cualquier malestar puede resolverse por medios técnicos. Este discurso propone gozar cada vez más, sin pausa, según una lógica afín a aquella de la eficiencia, del consumo y de la optimización, pero a costa de negar e incluso renegar la castración.
El psicoanálisis se opone al amo, lo subvierte, insiste sobre la función necesaria del síntoma. Lo descifra hasta cierto punto, ya que lo aprehende como una forma singular de tratar con el goce. Si no hay relación sexual, como dice nuestro aforismo, es porque cada uno goza a su manera.
J.-A. Miller interroga la relación entre hombre y mujer: «Entre ambos, no hay acuerdo ni armonía, ni programa, nada de preestablecido: todo queda librado a la buena suerte del azar, lo que en la lógica modal se llama contingencia. No podemos librarnos de ella. ¿Por qué es fatal, es decir, necesaria? Hay que pensar que procede de una imposibilidad. De ahí el teorema: ‘No hay relación sexual.’»[4]
Este aforismo revela lo que Freud se apega a subrayar: todo lo relacionado con el sexo siempre fracasa. Tras él, Lacan sitúa el fracaso en sí como pudiendo definirse como lo sexual en cualquier acto del parlêtre – de ahí la fatalidad. Por eso Freud indica que un acto fallido siempre tiene una conexión con el sexo: el acto fallido por excelencia no sería sino el acto sexual. En el acto sexual, uno de los dos siempre está insatisfecho. Esto es de lo que los analizantes no han cesado de hablar.
El goce es lo que hace problemático el estatuto del Otro porque el goce en tanto sustancia no establece una relación. En consecuencia, como subraya J.-A. Miller, es el goce el que hace obstáculo a la relación sexual: eso goza y el goce no es como tal una relación con otra cosa, sino el estremecimiento de la sustancia.
El goce no conviene a la relación sexual. ¿Y cómo afrontan esto los hombres y las mujeres? ¿Cómo logran unirse, separarse, odiarse, amarse de locamente, tiernamente, perversamente…? ¿Cómo hacer con lo que no hay? ¿Cómo se trata esto en un análisis? El problema crucial radica, por tanto, en la coexistencia de goces heterogéneos sin complementariedad.
¿Cómo se relaciona este aforismo de Lacan con el malestar de los sujetos de hoy en día?
Ricardo Seldes, Director del XV Congreso del AMP:
En el XV Congreso, nos interrogaremos sobre la ausencia de relación sexual en el siglo XXI. Cuestionaremos las manifestaciones contemporáneas del no hay, y las formas actuales de respuestas: las suplencias a esta no-relación y la proliferación de síntomas del no hay cuando la sexualidad hace irrupción como real sin sentido.
Si para el psicoanálisis no existe relación sexual programada, sin embargo existe del lado de la biología, ya que algo de una mujer y algo de un hombre es necesario para procrear. Hoy en día, basta con que les quiten algo: la tecnología puede así suplir e intentar que exista la relación sexual. Además, ¿no intentan los sujetos hacer que el acto sexual exista del lado del sentido? ¿No se puede dar un sentido sexual a todo lo que se dice? Esta es la hipótesis de Freud: lo sexual es el fundamento mismo del sentido y todo puede interpretarse a partir de esto. Pero hay, entre la relación del lado de lo real y la relación del lado del sentido, un verdadero agujero.
Además, dado que no existe un saber previo que garantice la manera de abordar la relación con el sexo, el deseo o el goce del otro, intentamos palear esta imposibilidad con la ayuda de tecnología, de aplicaciones, etc. Esto revela aún más el agujero. Por eso se manifiestan diferentes formas de exceso: una presión insoportable de rendimiento sexual idealizado, una abstinencia total o neutralización de la sexualidad (como en el kawaii japonés). También está la auto-optimización emocional, a la que se añade el requisito de una comunicación perfecta.
Los sujetos acaban agotándose, en su búsqueda de una relación ideal – imposible de lograr –,en una repetición que les hace revivir lo mismo una y otra vez sin querer saber nada sobre la causa de su sufrimiento.
Muchas preguntas quedan en suspenso. ¿Qué les empuja a consultar a un analista? Los psicoanalistas proponen despertar el deseo de saber, de conocer ciertas verdades. ¿Están estos nuevos sujetos preparados para enfrentarlas? ¿Esto conlleva a novedades en la práctica en sí?
En el próximo congreso, tendremos la oportunidad de elucidar, a partir de la singularidad de los casos clínicos que se presentarán en las sesiones simultáneas, cómo estas nuevas formas son tratadas por la práctica analítica de la orientación lacaniana.
*Alberti C. & Seldes R., Trois questions à Christiane Alberti et Ricardo Seldes – L’HEBDO-BLOG
[1] La Enmienda nº 159 (14 de noviembre de 2025) al Proyecto de Ley de Financiación de la Seguridad Social presentada al Senado y retirada el 23 de noviembre tras una importante movilización. Ordenaba que «A partir del 1ero de enero de 2026, la atención, los actos y servicios que se consideren psicoanalíticos o que se basen en fundamentos teóricos psicoanalíticos ya no darían lugar a reembolso ni participación financiera por parte del seguro de salud.»
[2] Théry I., Moi aussi. La nouvelle civilité sexuelle, Paris, Seuil, 2022.
[3] Miller J.-A., « La jouissance, un nouveau concept », Quarto, n°141.
[4] Miller J.-A., in Lacan, J., El Seminario, libro XIX, …o peor, texto establecido por J.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 2016, p. 12.
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