FAKE Y TRANSPARENCIA
Por Thomas Svolos
2025/12/03
Estas dos palabras – fake y transparencia – realmente no forman parte de nuestro vocabulario psicoanalítico. Sin embargo, ocupan un lugar importante en el discurso social y cultural que nos rodea. Primero, la noción de transparencia es importante para la modernidad y el capitalismo, y va de la mano con la racionalización (y la desmitificación o desespiritualización) que ha formado parte de la historia de la civilización durante al menos varios siglos.
El concepto de transparencia se encuentra en algunos puntos de la obra de Lacan: también lo sitúa, en el Seminario II, como una función de la conciencia en la filosofía cartesiana y, por tanto, plenamente alineado con la modernidad en el campo subjetivo[1]. En las primeras lecturas de Lacan sobre los casos de Freud, la transparencia también se atribuye al yo, al registro imaginario – por ejemplo, en «la pantalla del yo […] bastante transparente»[2] en Dora y en la transparencia de los «espejismos del narcisismo»[3] en El Hombre de los Lobos. Al inicio de los años ‘60, Lacan introdujo la oposición binaria entre transparencia y opacidad, donde, en Subversión del sujeto y la dialéctica del deseo, señaló que » La promoción de la conciencia como esencial al sujeto en la secuela histórica del cogito cartesiano es para nosotros la acentuación engañosa de la transparencia del Yo [Je] en acto a expensas de la opacidad del significante que lo determina»[4]. Esta cuestión de una especie de aprensión visual del inconsciente también puede leerse en la formidable formulación de Lacan en el Seminario XI sobre un inconsciente que se abre y cierra: no es transparente y solo podemos percibir fragmentos de él (en las formaciones inconscientes) cuando el inconsciente se abre brevemente.[5]
La introducción del término binario y antónimo «opacidad» establece así un punto importante de orientación en el tratamiento psicoanalítico. En la experiencia psicoanalítica, el analista no está tanto interesado en la transparencia, que claramente se sitúa como un fenómeno de lo imaginario, sino en lo que es opaco. Esto se refleja de diversas maneras en su trabajo. La verdad misma es sin duda un objetivo de análisis para el primer Lacan y se revela en el proceso analítico, incluso al descubierto, como demostró Patricia Bosquin-Caroz en su presentación del tema del Congreso[6]. Pero, para el Lacan tardío, otros términos también ocuparán este lugar. En Subversión…, como se citó antes, es el significante, que por supuesto es la forma que la verdad adoptará, al menos en estas partes de la obra de Lacan. En el mismo artículo, Lacan también calificó «la sustancia del deseo»[7] como opaca. Sin embargo, en el ultimísimo Lacan, la verdad misma se convertirá en un espejismo[8] y acabará hablando del «sitio opaco del goce del Otro».[9] Finalmente, Jacques-Alain Miller reformulará esto en Leer un síntoma de la siguiente manera: «para tratar el síntoma, hay que pasar por la dialéctica cambiante del deseo, pero también hay que desprenderse de los espejismos de la verdad que este desciframiento trae y aspirar más allá de la fijeza del goce, la opacidad de lo real»[10]. Así, se podría decir que, con este binario, en lo que respecta a la verdad, en la obra de Lacan pasa del lugar de opacidad al lugar de transparencia.
Fake es otro concepto que rara vez se utiliza en el psicoanálisis. Por supuesto, esta palabra está muy presente en la sociedad actual. En Estados Unidos, se utiliza como adjetivo en la descripción de los medios de comunicación: fake news. Esta palabra tiene connotaciones interesantes: se refiere a algo que es fabricado, construido, como un fraude o falsificación, y que no es genuino ni verdadero. Lo interesante de lo fake es que, en algunos casos, el hecho de que no sea auténtico no se oculta y se acepta abierta o implícitamente. También añadiría que la noción de fake en sí misma es interesante porque en referencia a las palabras o al discurso, el modificador habitualmente utilizado para designar lo que no es verdadero sería falso. Por tanto, fake representaría más una cosa, algo en el reino del ser, que una palabra, algo dentro del ámbito del discurso.
Pero, una vez más, no encontramos mucho esta palabra en la obra de Lacan. Sin embargo, tenemos un concepto muy parecido al de fake: el de semblante, que tiene la cualidad de hacer creer y la pretenciosidad que asociamos con lo fake. Si este concepto no es particularmente importante en las primeras fases de la obra de Lacan, se vuelve bastante esencial en la «semblantización»[11] del último Lacan, según Miller. Muchos de los diversos conceptos que tenían una sustancia en el trabajo temprano de Lacan adquieren esta cualidad de fake o de semblantes en el ultimísimo Lacan. El falo, por ejemplo, pasa del estatuto de objeto o significante al de semblante. El objeto a, que inicialmente era un objeto parcial, un objeto pulsional, se identifica en el Seminario XX con un «semblante de ser».[12] El Otro que, en Subversión…, era el «tesoro de los significantes»[13] con una cualidad sustancial, que en sí misma es un semblante en el último Lacan. Y los fake psicoanalíticos más clásicos, como el velo y la mascarada, que fueron conceptos importantes para algunos analistas de la generación de Freud, todos son reconfigurados como una forma de semblante.
En inglés, el clásico antónimo de fake es, por supuesto, real. Este binarismo tiene una resonancia muy interesante para nosotros en el psicoanálisis lacaniano porque evoca la oposición binaria que sirvió como tema del Congreso de 2010 de la Asociación Mundial de Psicoanálisis: Semblantes y sinthome. ¿Qué lugar ocupa la verdad en el psicoanálisis? Bueno, si nos referimos al primer Lacan, el proceso analítico consiste en trabajar a través del fake imaginario para llegar a la verdad, pero, al final del análisis, el analista trabaja a través del semblante de verdad para llegar al sinthome. Por supuesto, no hay otra manera, debemos añadir, salvo atravesar la verdad.
Este cambio está sin duda vinculado no solo a una semblantización del psicoanálisis, sino también a una semblantización de la propia civilización. Lo que antes parecía real, sustancial u objetivo, ahora se considera solo un semblante. Tomemos un ejemplo tan objetivo como las «leyes» de Newton en física. Hace muchos siglos, estas leyes sin duda se usaban para explicar el movimiento de cuerpos en el mundo que nos rodeaba y no eran proposiciones, sino leyes. Tenían una función real y objetiva en la descripción, representación y predicción del mundo. Sin embargo, con la física de Einstein, entendemos que no son «verdaderas», en la medida en que no describen la acción de todos los cuerpos físicos, incluidos aquellos cuerpos físicos en los dominios más amplios del espacio y el tiempo que aún no habíamos descubierto en la época de Newton, como partículas cuánticas muy pequeñas o los cuerpos celestes muy grandes. En este sentido, estas verdaderas leyes son ahora semblantes: ciertamente tienen su utilidad, pero no constituyen toda la verdad.
*Svolos T., Fake et transparence – NLS Congress 2026
[1] Cfr. Lacan J., El Seminario, libro II, El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica, texto establecido por J.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 2016, pp. 16-17.
[2] Lacan J., “Intervención sobre la transferencia”, Escritos, tomo 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2018, p. 220.
[3] Lacan J., “Variantes de la cura tipo”, Escritos, tomo 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2018, p. 337.
[4] Lacan J., “Subversión del deseo y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, Escritos, tomo 2, Buenos Aires, Siglo XXI, 2009, p. 770.
[5] Cfr. Lacan, J., El Seminario, libro XI, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, texto establecido por J.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 2005, p. 132.
[6] Cfr. Bosquin-Caroz P., Varidad – Presentación del NLS Congress 2026 – por Patricia Bosquin-Caroz – 2025/07/15 – PSICOANÁLISIS LACANIANO
[7] Lacan J., “Subversión del deseo y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, op. cit., p. 774.
[8] Cfr. Lacan J., “La cosa freudiana, o Sentido del retorno a Freud en psicoanálisis”, Escritos, tomo 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2018, p. 385.
[9] Lacan J., El Seminario, libro XX, Aún, texto establecido por J.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 2016, p. 100.
[10] Miller J.-A., « Lire un symptôme », Mental, n° 26, junio 2011, p. 58.
[11] Miller J.-A., « Semblants et sinthomes », La Cause freudienne, n° 69, septiembre 2008, pp. 128–129.
[12] Lacan J., El Seminario, libro XX, Aún, op. cit., p. 112.
[13] Lacan J., “Subversión del deseo y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, op. cit., p. 766.
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