PSICOANÁLISIS LACANIANO

VIOLENCIA Y DENEGACIÓN

Laura Sokolowsky

Vicepresidente de la ECF

2025/11/19

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Si bien la enmienda nº 159, destinada a «garantizar la coherencia científica y la eficiencia del gasto en seguros de salud» no es el primer ataque al psicoanálisis, su redacción brutal y torpe es señal de una ira, hoy sin disimular, hacia los profesionales que hacen la profesión de acoger y escuchar a quienes sufren en cuerpo y en mente.

Es igualmente evidente que este odio al aire libre está dirigido principalmente a los pacientes, queriendo privarles del uso de la palabra y del vínculo transferencial como fuerza motriz detrás de la relación y la mejora terapéutica.

El deseo de erradicar toda una sección de la práctica clínica se presenta en esta enmienda como legítimo: en un momento en que las restricciones presupuestarias pesan sobre la economía nacional, sería normal y necesario dejar de reembolsar lo inútil. Por ello, se exige al enfoque científico que trace la línea de demarcación entre la atención útil que se evalúa y la que se basa en el psicoanálisis. La inanidad de este argumento es evidente ya que la ideología de la evaluación de la salud mental no se basa en ninguna base científica: no existe la posibilidad de realizar entrevistas clínicas doble ciegas. La adaptación a las normas sociales no es un criterio científico. No podemos cuantificar qué hace que alguien se sienta vivo y deseante.

Un pasaje de esta enmienda es especialmente destacable, a saber, que no se trataría de «poner en duda la libertad de elección del paciente o la libertad de ejercicio de los profesionales». La palabra «libertad» se duplica para insistir en que en ningún caso se ataca aquí. Esta negación es en sí misma indicativa de la ideología reaccionaria de esta enmienda.

Podemos apostar a que, debido a su violencia y su evidente objetivo liberticida, esta enmienda no será votada en el Senado.