ESQUIRLAS DE FAMILIAS
Por Alice Delarue
2025/11/13
La familia se declina en plural, ya que podemos ver que ahora hay una constelación de formas de formarla: monoparental, mixta, paternidad del mismo sexo, adoptiva, coparentalidad sin pareja amorosa, elegida entre amigos… Pero, ¿cómo estas nuevas formas de familia dan testimonio de algo verdaderamente nuevo, desde la perspectiva de la experiencia analítica? Esta es una de las preguntas que nos planteamos después del congreso PIPOL 12, «Malestar en la familia»[1], del que puede leer aquí varias contribuciones sorprendentes, junto con otros textos inéditos.
De hecho, hay nuevas ideologías de la familia, respaldadas por ideales de equidad, libertad, autodeterminación. ¿No manifiestan, al final, la radicalización de ideologías ya viejas que, como demuestra Christiane Alberti en este número, alcanzan su punto de inflexión cuando llegan a promover una igualdad de estatus entre adultos y niños, negando la función de transmisión[2]?
Ya a fines de la década de 1960, cuando la globalización y la liberalización de la moral trajeron su parte de esperanzas, Lacan advirtió a su audiencia señalando el fracaso de las utopías comunitarias que pretendían reemplazar a la familia[3]. El movimiento del discurso de la ciencia ya había llevado a un cuestionamiento de todas las estructuras sociales, en primer lugar el orden familiar tradicional, haciéndonos creer en la posibilidad del progreso: fuera del orden del Padre, podrían surgir organizaciones familiares alternativas, dentro de las cuales el individuo ganaría más libertad y autonomía. Sin embargo, Lacan anunció que era más bien la segregación la que estaría a la orden del día.[4]
Las utopías sociales sólo pueden dejar de hacer desaparecer la segregación, porque el modo de goce de cada sujeto tiene un carácter de singularidad que es indisoluble en el vínculo social y en primer lugar en el vínculo familiar, que es una forma muy particular del mismo[5]. Esto es lo que causa el malestar en la familia, que no es nada nuevo. Lo que es nuevo es la forma que toma este malestar cuando dominan ideales igualitarios e individualistas que borran la encarnación del deseo. A partir de entonces, «¿cómo podemos asegurarnos de que las masas de personas, dedicadas al mismo espacio, no solo geográfico, sino a la ocasión familiar, permanezcan separadas?»[6] ¿Qué en la familia, ya sea que sueñe con ser neo o quiera ser tradicional, podría sostener la separación de los goces confusos?[7] La experiencia analítica nos enseña que esto implica una cierta separación del sujeto de su estado nativo, que es ser un «objeto en la constelación que lo trajo al mundo».[8]
La familia, en su forma neo, se ilustra con una cierta ruptura, incluso con un rechazo[9], pero no ha terminado de arrojar sus esquirlas. La familia perdura, porque la transmisión tiene un carácter irreductible[10]; no, como señala Jacques-Alain Miller, «la transmisión de un saber, ni la transmisión de las necesidades, sino una transmisión constituyente para el sujeto […] aquí llamado a la singularidad del ‘yo’».[11] Al leer los textos teóricos y clínicos de este número, se verá hasta qué punto la logificación que Lacan operó sobre la familia edípica, con los conceptos de función paterna y materna, objeto a y síntoma, saber y goce, nominación o incluso lalengua, nos permite captar la forma en que opera esta transmisión, o no, caso por caso, en las familias.
Por último, se tendrá la oportunidad de leer las dos ponencias que marcaron el plenario del congreso PIPOL 12. El historiador Didier Lett explica cómo la invención teológica del limbo respondió a un cambio en la naturaleza del sentimiento de infancia dentro de las familias en la Edad Media y atestigua un esfuerzo por pasar la página de la novela familiar después de la muerte de un niño[12]. De su historia La grieta, la escritora Blandine Rinkel despliega cómo la familia ha sido perseguida por un fatalismo de la atmósfera, a la vez que también el lugar donde se produce una muy singular «sensación de desgarro»[13] tomada de su padre.
*Delarue A., Mental n°52 – « Néo-familles » – Uqbar Wapol
[1] Congreso de la EuroFederación de Psicoanálisis que se sostuvo en Bruselas el 12 y 13 de julio de 2025 bajo la dirección de Katty Langelez-Stevens.
[2] Cf. Alberti C., « Qu’est-ce qu’un enfant ? », infra, pp. 17-23.
[3] Lacan J., “Nota sobre el niño”, Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2021.
[4] Lacan J., “Alocución sobre las psicosis del niño”, Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2021.
[5] Cf. Miller J.-A., « Vers les prochaines Journées de l’École », La Lettre mensuelle, no 247, avril 2006, p. 6.
[6] Lacan J., “Alocución sobre las psicosis del niño”, op. cit.
[7] Cfr. Laurent É., « Le résidu et le père qui unie », infra, p. 44.
[8] Miller J.-A., Del síntoma al fantasma y retorno, Buenos Aires, Paidós, 2018, p. 321.
[9] Cf. Langelez-Stevens K. « Rejet de la famille, génitif subjectif et objectif », infra, pp. 91-93.
[10] Cfr. Lacan J., “Nota sobre el niño”, op. cit.
[11] Miller J.-A., « Vers les prochaines Journées de l’École », op. cit., p. 6.
[12] Cfr. « Tourner la page du roman familial. L’enfant mort sans baptême à la fin du Moyen Âge », entrevista con D. Lett, infra, pp. 75-88.
[13] « Le sens de l’arrachement », entrevista con B. Rinkel, infra, p. 124.
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