Síntoma y Sublimación: ¿Dos Destinos de la Pulsión? – por Anastasia Sotnikova Faraco – 2025/09/21

SÍNTOMA Y SUBLIMACIÓN: ¿DOS DESTINOS DE LA PULSIÓN?

Por Anastasia Sotnikova Faraco

2025/09/21


En Tres ensayos sobre teoría sexual, Freud hace de la sublimación uno de los destinos de la pulsión. Lo distingue del síntoma, el producto de la represión. Por lo tanto, dos caminos parecen ser opuestos. Sin embargo, Lacan matiza esta ruptura, especialmente en su Seminario XXIII, donde esboza la idea de que un síntoma reducido al sinthome -una forma singular de lidiar con el goce- puede ser una forma de sublimación.

Del mensaje al anudamiento

En el curso de su enseñanza, Lacan redefine el síntoma. De un mensaje al campo del Otro, se convierte en una modalidad de la relación con lo real, un lugar de anudamiento entre lo simbólico, lo real y lo imaginario. Subraya la «fidelidad a la envoltura formal del síntoma, que es la verdadera huella clínica» del significante, y este límite donde «se invierte en efectos de creación»,[1] el paso de lo patológico a lo inventivo. Pero ¿de qué manera la invención en cuestión compete de la sublimación?

Creación versus ficción

Como nos invita Jacques-Alain Miller, distingamos ficción y creación[2]. El primero se desarrolla en la cadena significante; da forma al síntoma en el campo del Otro. La creación, por otro lado, produce algo inédito fuera del Otro y toca lo real del síntoma. El manejo de significantes ya se está sublimando[3], dice J.-A. Miller. Sin embargo, esta sublimación renueva el sentido en el Otro sin crear necesariamente algo nuevo, es el gosentido de la ficción. De la misma manera, el fantasma fundamental, una respuesta al deseo opaco del Otro, es parte de esta ficción y constituye para cada persona su «sublimación personal».[4]

Dos dietas del sinthome

Anclada al significante y al fantasma, la sublimación es una cuestión de semblante como una defensa especial contra el goce. Puebla un vacío elevando un objeto a la dignidad de la Cosa, sin romper con el Otro, mientras que la creación nace de una confrontación con lo real y una ruptura con el Otro. Esta distinción es similar a la establecida por Lacan entre el sinthome adaquin, «elevado al semblante […], que se ha convertido en un maniquí y velado por sublimaciones» y el sinthome roule, «desnudo en su estructura y en su real».[5] El primero es ficción, el segundo es creación. Al final del análisis, la confrontación con la inexistencia del Otro hace posible un desenlace singular: el sinthome madaquin deshace sus envolturas ficticias para revelar el sinthome roule, es decir, la parte irreductible del síntoma que está vinculada al acontecimiento de cuerpo, a la marca de un goce opaco producido por el golpe de un significante completamente-solo en el cuerpo, que ahora se puede asumir como un estilo singular de un cuerpo hablante.


*Sotnikova Faraco A., Symptôme et sublimation : deux destins de la pulsion ? – L’HEBDO-BLOG

[1] Lacan J., “De nuestros antecedentes”, Escritos, tomo 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2018, p. 74.

[2] Miller J.-A., « Réflexions sur l’enveloppe formelle du symptôme », Actes de l’ECF, n°9, 1985, p. 41.

[3] Miller J.-A., Piezas sueltas, Buenos Aires, Paidós, 2013, p. 92.

[4] Miller J.-A., Del síntoma al fantasma y retorno, Buenos Aires, Paidós, 2018, p. 124.

[5] Lacan J., El Seminario, libro XXIII, El sinthome, texto establecido por J.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 2015, p. 204.

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