El Superyó: ¡Un Bromista Divertido! – por Béatrice Brault-Lebrun – 2025/07/08

EL SUPERYÓ: ¡UN BROMISTA DIVERTIDO!

Por Béatrice Brault-Lebrun

2025/07/08


«El superyó es un bromista, un bufón, un payaso. Sin duda, uno no está acostumbrado a considerarlo así. Esto se debe a que uno ve al amo sin ver al valet. […] El superyó es un ello que habla. […] El ello no dice, muestra, hace.»[1]

Esta cita: ¡un verdadero efecto sorpresa! Visión del superyó, distinta a la del «amo severo». ¿A quién se le hubiera ocurrido acercarse al «superyó» llamándolo bromista, bufón o payaso? ¡No analizarlo en sus inicios! ¡Y luego, por lo general, apenas nos hacemos amigos de nuestro superyó! Tenemos que dar un paso atrás, salir de las lágrimas y de la tragedia.

Jacques-Alain Miller no esconde el elemento sorpresa al considerar las cosas de esta manera. El ejemplo de la pareja amo-valet nos ilumina. Son uno, pasan su tiempo intercambiando lugares y escondiéndose unos de otros. Es una comedia en la que el público participa.

Para cada sujeto, director y actor, «Es queriendo ser el amo del ello que el yo se encuentra con un superyó a sus espaldas. […] Cuando deja de querer serlo, su superyó se aligera como por un milagro. […] ¿Qué dice el superyó? ¡Goza![2] ¡Todo esto se escapa del salón! ¡El ello y las pulsiones están en acción! Recordemos que «el inconsciente no es que el ser piensa, […], es que el ser, al hablar, goza, y, […] no quiere saber nada más.»[3]

En la transferencia, el acto del analista trae el inconsciente a la existencia y engendra la repetición, teniendo en cuenta al superyó. Aislar los significantes y las palabras que causan sufrimiento al sujeto proporciona un aligeramiento del superyó, de modo que el goce condesciende al deseo. Se requiere una condición: que el analizante saque las consecuencias de lo que dice.

¡El efecto cómico del superyó es, de hecho, una ocurrencia tardía! El analizante, que se ha convertido en espectador y analista de su puesta en escena, se dice a sí mismo: «¡Todo esto por esto!» Ve el lado bufonesco de su superyó. «Que me digan la verdad, y esto, en modo bufón, […] es el modo más común de verdad.»[4]


[1] Miller J.-A., « Vicissitudes du valet », Ornicar ?, n°59, automne 2024, p. 173.

[2] Ídem.

[3] Lacan J., El Seminario, libro XX, Aún, texto establecido por J.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 2016, p. 147.

[4] Miller J.-A., « Vicissitudes du valet », op. cit.

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