¡QUÉ BELLO SERÍA SER MÁS JOVEN!
Por Stéphanie Lavigne
2025/03/23
Coralie Fargeat lleva a cabo con éxito su segundo largometraje, La substancia. Esta película no podía dejar indiferente al Envers de Paris y a la ACF Île-de-France, que se preparan para su próxima jornada titulada «Fantasmas contemporáneos del cuerpo», prevista para el 6 de diciembre de 2025.
Porque en La sustancia se trata del cuerpo, de su imagen, de su carne y de sus orgías. En torno a un «pacto con el diablo […] a través de la ciencia de la juventud»[1], el director escenifica, en la era de las nupcias de la ciencia y el discurso capitalista, un conocido fantasma del ser hablante: «¡Qué hermoso sería ser más joven, más bello, más perfecto!». Nos lleva a una «experiencia visceral»[2], sumergiéndonos en la realización de este fantasma que, aquí, trasciende la cuestión de la imagen del cuerpo y su carne hasta que explota.
El objeto mirada está en primer plano en un cara a cara imaginario, al tiempo que convoca al espectador a mirar la transformación del cuerpo en aceleración. Ya sea una cámara o un póster, es el escenario del espejo el que manda: «la matriz de todo fantasma»[3], como la llama Jacques-Alain Miller.
Una sustancia inyectable, ordenada y entregada en un locker en call and collect promete crear «una mejor versión de ti mismo». El fantasma de un cuerpo más joven y bello se realiza: de la extracción de un cuerpo envejecido encarnado por la sublime Demi Moore, se arrebata un segundo cuerpo con una imagen perfecta, revelando el cuerpo como una bolsa vacía.[4]
El corazón de la película es del registro de lo especular. Es el poder de captura del cuerpo, del cuerpo como imagen[5]. A veces frente al reflejo en el espejo, a veces frente a una cámara, dos cuerpos se enfrentan, en un diálogo minimalista, salpicado de largos silencios, que solo pueden conducir al asesinato; la única solución para liberarse de la alienación que ese otro constituye. A lo largo de la película, la voz del amo sigue repitiendo que no son sino uno sólo. Es este Uno de la imagen que se desdobla, el viejo y el joven se sustituyen mutuamente en una temporalidad de cada dos semanas. El cuerpo de uno ocupa el lugar del otro. En ningún caso se podrá modificar esta alternancia. El tiempo adquiere aquí el valor de real como aquella que siempre vuelve al mismo lugar.
El director nos lleva al otro lado del espejo donde la belleza se convierte en un monstruo. Con La sustancia, C. Fargeat rompe la barrera de lo que se esconde detrás de la belleza. Así que sí, los párpados del espectador a veces se cierran ante el horror. Porque, como señalaba J.A. Miller, «la belleza surge como la última barrera en el borde del goce con lo que tiene de insoportable[6]«.
*Lavigne S., Qu’il serait beau d’être plus jeune ! – L’HEBDO-BLOG
[1] Entrevista con Coralie Fargeat, « The Substance : la SF à bras le gore », La science CQFD, France Culture, emisión del 14 de noviembre de 2024, disponible en internet.
[2] Ídem.
[3] Miller J.-A., Del síntoma al fantasma y retorno, Buenos Aires, Paidós, 2018, p. 55.
[4] Miller J.-A., “Noticia del hilo de la aguja”, in Lacan J., El Seminario, libro XXIII, El sinthome, Buenos Aires, Paidós, 2015.
[5] Cfr. Lacan J., El Seminario, libro XXIII, El sinthome, op. cit.
[6] Miller J.-A., « Opérer avec la Chose », Horizon, no66, novembre 2021, p. 32.
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