Preguntas a Christiane Alberti en la UBA – 2024/11/27

PREGUNTAS A CHRISTIANE ALBERTI

UBA, Buenos Aires

2024/11/27


Fabián Naparstek:

Bueno. Muchas gracias, Christiane. Tenemos unos 20 minutos para conversar. Christiane me decía cuando venía para acá que tiene un interés muy especial de conversar. De hecho, ya lo dijo en la conferencia y, especialmente, de conversar con los estudiantes. Es decir que no voy a hacer ningún comentario, ni voy a hacer ninguna pregunta. Fui estudiante en esta facultad, pero hace mucho tiempo. Es decir que eso ya pasó y abrimos, entonces, el espacio para preguntas y, especialmente, los estudiantes.

Rubén:

Hola. ¿Qué tal? Mi nombre es Rubén. Soy estudiante de acá de la Facultad de Psicología. Bueno, primero que todo muchas gracias por la conferencia y todo lo compartido. ¿Te hago la pregunta en español o te la hago o en francés? Bueno, en ese caso comienzo en francés y continúo en español. La UBA enseña muy bien inglés y francés. Mi pregunta está centrada sobre todo en los adolescentes. Veamos que es una población -creo- en la Argentina y en todo el mundo que, a pesar del deseo y el potencial que tienen, están en una etapa de vulnerabilidad y sufrimiento con todo el individualismo, la tecnología y el aislamiento que pueden sentir. Mi pregunta es: digamos que todo el mundo piensa que el psicoanálisis es una ciencia que es individual o que es sólo del consultorio, ¿cómo piensa en su experiencia en la Escuela de la Causa Freudiana la manera de introducir ciertos significantes y ciertas maneras de conectar con el deseo y si usted piensa que es mejor sea en el consultorio individualmente o en las instituciones colectivas, sociales como la Escuela o ciertos otros lugares?

Christiane Alberti:

Los analistas no deciden cómo se presenta la demanda. Entonces, lo que puedo responder es que para algunos adolescentes cuando no hay posibilidad de hablar, palabra, no sólo porque son psicóticos o autistas, hay algunos casos en los cuales los adolescentes no pueden hablar. Entonces, es todo el valor de las instituciones porque cuando la palabra no es posible, es posible establecer un lazo con un lugar, no una persona. Primero con un lugar y sólo tener confianza en un lugar que sostiene, en el cual puedo apoyarme. Y, después, del lugar se puede hacer un camino, hacer la transferencia a una persona, ¿por qué no un analista?

No sé si he respondido.

Me parece una pregunta muy actual porque es lo que intenté decir en mi conferencia. Los sujetos no se presentan ahora con una queja, sino imposibilidad de hablar o de otra manera: una banalización de todo. Por supuesto, viven fracturas, viven traumatismos, pero todo es igual. Todo parece que no les afecta. Entonces, tenemos que hacer todo un trayecto para esclarecer el malestar. Esto porque el malestar ya no está aquí. El adolescente no puede hablar sobre esto. Entonces, hay que hacer un camino hacia el sujeto para que el sujeto surja.

Gracias por tu pregunta.

Fabián Naparstek:

Otras preguntas, comentarios. Puede ser en español, también.

X:

Buenas tardes. Yo no tengo tantas capacidades como mi compañero así que la hago en español. Yo diría una pregunta: ¿qué hacemos cuando vaciamos un significante como una posición? Digo como la posición “hijo ideal” o de “hijo expulsado del núcleo familiar”. Vaciamos el significante, ¿y después qué? ¿No hay una significación de esa posición en algún momento? ¿Qué queda?

Christiane Alberti:

Es una buena pregunta. No es simple porque la mayoría del tiempo no lo conocemos. Estamos focalizados en identificaciones del espejo: “Yo soy como mi padre”, “Yo soy como mi madre, como mi hermana”, pero no es eso la identificación. La identificación es extraer dónde me identifico, desde qué punto de vista me identifico y puede haber una vista sobre el malentendido de eso. He interpretado todo el tiempo de mala manera lo que el otro ha dicho. Es un malentendido que constituye una cárcel, pero es mi propia cárcel que yo mismo he fabricado. Entonces, formar un saber sobre eso ya es separarse de eso, es entender el malentendido y que los padres han hecho lo que han podido.

Fabián Naparstek:

Sí. Ahí hay una pregunta.

Rocío:

Buenas tardes. Mi nombre es Rocío. Soy estudiante de esta casa de estudio. Y hablando un poco de la desexualización me generó curiosidad. Desde tu experiencia, ¿cómo notas las consecuencias en los adolescentes de la divulgación y naturalización de la pornografía? ¿Cómo les afecta eso con respecto a su sexualidad, a su deseo, a su goce?

Christiane Alberti:

En mi experiencia, lo que me parece que tenemos que destacar es «desexualización», es decir cuando la sexualidad se reduce a una acción sin deseo, sin síntoma. No hay sexualidad armoniosa. No existe. ¿Por qué? Porque somos seres hablantes. Hablar complica todo. A veces es la ilusión de pornografía y aplicaciones de encuentros de que podemos encontrarnos sin hablar, pero no se puede. Entonces, la sexualidad humana está marcada por los síntomas. Y, hoy, los sujetos se presentan como si la sexualidad fuera indiferente, como si fuera algo beber un vaso de agua, con no más importancia. Entonces, la experiencia de la palabra en análisis hace muy claramente lo que el sujeto ha encontrado con el Otro. Es el valor de la experiencia. Cuando el sujeto dice: -“Yo soy bi”, -“Pero ¿cómo ocurre para ti?” y ahora es algo muy diferente. Se ve que el sujeto hace un trayecto separándose del significante estándar para acercarse a sí mismo, a lo que ha vivido, en la alegría, en la decepción, o falta de satisfacción. Es el valor de la experiencia.

Ayer hablé sobre una película que en Francia ha seducido a toda Francia[1]. No es una ficción. Es una realidad sobre un niño de 7 años que ha dicho una sóla vez: “Quería ser una niña”. Y con esa única palabra, la madre, sin la brújula de lo que es hoy ser una mujer o ser un hombre, sin la brújula del falo, se dirige hacia el médico y el médico dice: “Vamos a hacer una transición. Vamos a empezar el proceso”. Esto es considerar que un niño de 7 años puede decidir su identificación al género. ¡Es una locura! Y, sin embargo, esta película ha seducido a toda Francia: “¡Cómo es maravilloso la libertad del niño!”. Pero es una libertad mortífera porque la infancia necesita un tiempo, tiempo de hacer con su sexo, tiempo de preguntar, de interpretar qué es un niño, qué es una mujer, qué es un hombre a partir de dichos de los padres. Entonces, hay todo un camino. No es suficiente decir: “Soy eso”.

X:

Hola, buenos días. Pensando en esto de que hay que ir hacia las juventudes y replantear el lugar del psicoanálisis. ¿Dónde es ahora donde tenemos que estar para estar en la emergencia donde estas nuevas juventudes van a exponer lo que les pasa o este silencio o este no poder hablar? ¿Dónde tenemos que estar?

Christiane Alberti:

Cuando hablo de “ir en dirección de la juventud” es decir muchas cosas. Es decir a veces trabajar en instituciones, pero es decir también difundir la oferta del psicoanálisis. Hoy estoy haciendo eso: difundir. A veces es hablar con vecinos. Lacan dice hablamos a la cantonado, al boleo. Entonces, no sé qué van a escuchar, pero a veces son los profesores que constituyen el Otro, que permiten el trayecto para hablar.

Fabián Naparstek:

Una última pregunta.

Y:

Buen día. Buenas tardes. No sé qué hora es. Voy a intentar ser sintética. Hay dos cuestiones que se me aparecen como difíciles de reflexionar. Una que tiene que ver con el racismo y la otra que tiene que ver con la cuestión cisgénero que me preocupan principalmente porque en nuestro país el respeto, por ejemplo, de la diversidad -que a mí no me gusta decir «diversidad»-, pero niños y niñas trans, el reconocimiento de eso, nos ha permitido que puedan vivir en su casa, que puedan vivir con sus padres y madres. Me preguntaba que fue a la EOL un brasilero de Río, Marcus André Vieira, que hacía un planteo el año pasado en el contexto del bolsonarismo y el genocidio en Brasil y el planteo de él era sobre cuestionar la idea de que las identificaciones imaginarias son solamente algo mortífero. Cuando, por ejemplo, eres negro o eres negra -porque los blancos lo definieron así, no porque los negros nos llamábamos negros antes-, pero que la identificación les permite sobrevivir. En Brasil, si un chico o una chica se organiza y puede juntarse, es más probable que no los mate la policía. A las mujeres es más probable que su esposo, padre no la maten. En el caso de las niñeces trans y las personas no binarias como yo, las personas transexuales como muchos compañeros y compañeras que quizá no estén muchos acá y no puedan transicionar acá en la facu y tengan que irse a transicionar afuera y después volver, esas identificaciones imaginarias nos permiten existir. Entonces, ahí mi pregunta es: ¿cómo hacer para no quedar emtrampades, entrampados, entrampadas en lo mortífero de las identificaciones imaginarias -que es el supermercado de identidades que nos propone el capitalismo, que lo construyó el capitalismo, que lo construyó el blanco colonialista que lo hizo para todos y todas y para eso tuvo que eliminar a muchas mujeres en Europa y varones y mujeres en América y África-? ¿Cómo hacer para que esos estándares, esos paquetitos de arroz, de identidades de género y construcciones étnico-raciales no nos entrampen en lo mortífero? Yo soy estudiante, todavía no soy psicologue. ¿Cómo hacemos para no hacer preguntas no sólo en el consultorio, sino en lo social? Preguntas que habiliten a que, desde esas identificaciones imaginarias, quizá, por la caída del Nombre-del-Padre también, nos permitan enlazarnos, nos provean e ir a buscar ese punto de fuga. Y si es posible si pensamos que no existe, por ejemplo, una identidad genuina como en mi sobrina que al año y medio dijo que era un hijo y no una hija. No dijo que era una mujer. Dijo un hijo. Y que hoy es una nena trans que hoy tiene que lidiar con eso. Lo digo por poner un ejemplo. Muchos chicos que hoy pueden vivir y que antes quedaban en la calle.

Fabián Naparstek:

Dale un momento para que así pueda responder.

Christiane Alberti:

Me parece importante separar los discursos que son los discursos cambiantes, los discursos dominantes también sobre lo trans y el discurso analítico. No puedo responder sobre cómo tenemos que hacer en lo social o en lo político. No es mi lugar de hablar sobre eso hoy, pero me parece importante separar el discurso también de una causa común. No es malo tener una causa común, pero desde el psicoanálisis sabemos que esta causa en el sentido que yo he hablado es una ilusión de compartir el goce, de que haya un goce común. Entonces, cuando un niño o una chica dice: “Soy eso”, no sabe qué dice y no sabemos qué dice. Sólo tenemos que interrogarlo. Sólo tenemos que tenemos que dar lugar a un espacio para interpretar, para cuestionar. “Ok, hoy dices “Yo soy eso”, pero quizá en tres días soy otra cosa”. Entonces, eso es hablar. Entonces, no podemos apoyarnos sólo sobre una palabra. Hay que reunir la palabra a la experiencia del cuerpo, la experiencia de las relaciones y así vemos otra cosa que no aparece. Por eso, cuando Lacan habló sobre el racismo, habló sobre fraternidad del cuerpo, la ilusión de ser idéntico a partir del cuerpo, el color del cuerpo o el género. Es decir, atrapar una identificación que se pretende a partir únicamente del cuerpo no es posible.

No sé si he respondido.

Y:

¿Es del cuerpo o del organismo?

Christiane Alberti:

No. Es el cuerpo de un ser hablante, un cuerpo con goce, con satisfacción, con libido.

Y:

Gracias.

Fabián Naparstek:

Bueno. Estamos llegando al final. Dos cuestiones. Habría muchísimo para seguir conversando. Dos cuestiones, Christiane. Siempre pensé que es muy difícil definir la época. Cuando hablamos de la «época», es un concepto que cuesta atraparlo. Y hoy das una brújula, una orientación: miremos a los jóvenes y vamos a saber qué es la época. Me parece que es una orientación fantástica para pensar la cuestión de la época. Y una última cuestión muy sensible para nosotros hoy acá en la Argentina: que hay lugares que son lugares para la palabra y que los jóvenes pueden dirigirse a esos lugares. Me refiero a centros de salud, hospitales, que son verdaderos lugares de la palabra y cómo preservar esos lugares de la palabra.

Muchas gracias, Christiane Alberti.

[Aplausos]

Christiane Alberti:

Muchas gracias.


*Estas preguntas siguen a la conferencia de Christiane Alberti: El Psicoanálisis Hacia la Juventud – por Christiane Alberti – 2024/11/27 – PSICOANÁLISIS LACANIANO

[1] Cfr. el filme “Petite fille”.

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