EL INCONSCIENTE TAYLORIANO DE LAS MÁQUINAS ADMINISTRATIVAS
Por René Fiori
2024-07-04
«El descubrimiento de Freud -prometeico- fue una acción de este tipo; Su obra da fe de ello; pero no está menos presente en cada experimento conducido humildemente por uno de los obreros formados en su escuela».[1] El obrero que aquí menciona Jacques Lacan es el que todavía está apegado a una obra, la obra freudiana, y estamos en 1953.
El año anterior, en 1952, nació el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), con unos sesenta diagnósticos organizados en familias y subfamilias de enfermedades, lo que permitía a los psiquiatras disponer de códigos de enfermedad, que así podían ser comunicados a las compañías de seguros y a los gobiernos. La última edición incluye unos 300 trastornos mentales[2]. Los académicos señalan que la última Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE 11), publicada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) ahora utiliza clasificaciones similares, lo que indica una estandarización en curso.[3]
Varios años antes, en 1911, se publicó en Estados Unidos el libro de Frederick Winslow Taylor, Principios de organización científica, y luego en 1912 en Francia. Este libro puede servir como un analizador de los acontecimientos actuales a los que se enfrentan los psicólogos. Simone Weil notó en este momento[4] cómo el prestigio del método se incrementaba con la referencia a la ciencia. ¡Qué éxito! «El poder de las palabras es muy grande», escribe, «y la expresión ‘organización científica del trabajo’ se ha usado mucho porque la palabra ‘científico’ tiene aún más prestigio que la palabra racional». Hoy tenemos una escuela que se llama Sciences Po, es decir, Ciencias Políticas, ¿es sorprendente la inanidad de semejante nombre?
La división tayloriana del trabajo es, ante todo, «la descomposición técnica de la producción de una mercancía, tarea elemental por tarea elemental, asociada a una redistribución de cada una de sus tareas a diferentes individuos».[5] Esto es lo que corresponde al desmoronamiento de la psique del sujeto en trescientos trastornos, que está en proceso de estandarización por estas dos organizaciones y en el que se basan las administraciones sanitarias nacionales, regionales y locales. La distribución de los trastornos por tipo de especialista aún no está sistematizada, pero algunos psicólogos y, por lo tanto, algunos psicólogos ya se han especializado en tal o cual clase de trastornos. ¿No está ya en marcha el movimiento por la división del trabajo?
Finalmente, en la fabricación del objeto, existe la división taylorista entre su concepción y su método de producción, y su producción. Entre «el análisis basado en un estudio exacto y meticuloso de los movimientos y los tiempos»[6] (el número de sesiones de MyPsySupport, el coste de una sesión, ¿pronto su duración?), las leyes científicas que ya no deben dejarse a la buena voluntad del trabajador, sino ser estudiadas por la dirección (en este caso las organizaciones de salud pública), y la producción del objeto, en nuestro caso, la administración de «cuidados psíquicos». Este tecnicismo se refiere al ritual, equivalente al que Lacan enfatizó entre los psicoanalistas norteamericanos como «un ritual técnico que se volvía más valioso a medida que la degradación de los objetivos».[7] Aquí, entre nuestros administradores, no hay culpa en este punto, ¡ya que el objetivo es presupuestario! Pero lo que se daña en todos los casos es la palabra, la del sujeto, tanto como la del practicante. En esta situación, la energía que emana de la relación con la causa freudiana es el motor político necesario para liberarse de este vicio mortal que constituye la miríada de organizaciones que interfieren en el campo de la salud mental, asociado a la ceguera de la mayoría de los políticos.
[1] Lacan J., “Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis”, Escritos, tomo 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2018, p. 235-236.
[2] Radio Canada, « Le Manuel diagnostique et statistique des troubles mentaux, la bible de la psychiatrie américaine », disponible en internet.
[3] First M. B., « Classification et diagnostic des maladies mentales », disponible en internet.
[4] Weil S., La condition ouvrière, Paris, Folio, 2017, p.309.
[5] Salvat C., « Division du travail », Dictionnaire des usages socio-politiques (177à-1815), Fascicule 7, París, Ed Champion, 2003, p.46
[6] Taylor W-T, Principes d’organisation scientifique, París, Ed Hachette/Bnf, 1927, p.33
[7] Lacan J., “Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956”, Escritos, tomo 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2018, p. 436.
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