Vivian Maier: Yo Soy lo que Somos – por Katty Langelez-Stevens – 2022/10/13

VIVIAN MAIER: YO SOY LO QUE SOMOS

Por Katty Langelez-Stevens

2022-10-13


Vivian Maier ha pasado su vida capturando imágenes de las personas que conoció en los Alpes franceses de donde es originaria, alrededor del mundo en su viaje solitario, y especialmente en las calles americanas de Nueva York, Chicago, etcétera. Parte de su investigación, tal y como destaca la exposición en Bozar de Bruselas[1], ha consistido en captar sus dobles en su reflejo efímero que aparece en escaparates, espejos, llantas de aluminio, así como su sombra proyectada en diversos lugares. Pero, ¿quién fue Vivian Maier?[2] Un misterio. Aunque su actividad fotográfica ha sido una verdadera pasión como lo demuestran las toneladas de películas recuperadas por un agente inmobiliario con un agudo gusto artístico, Vivian Maier solo ha tenido una pequeña parte de sus tomas reveladas y nunca ha buscado el reconocimiento por su trabajo como artista.

¿Qué estaba tratando de atrapar a través de esta actividad productiva de muchas cajas de películas almacenadas en un almacén que ya no pudo pagar al final de su vida?

Mientras su hermano y su madre padecían esquizofrenia y paranoia respectivamente, Vivian Maier pasó su vida al abrigo de la psiquiatría, aunque padecía un síndrome de acumulación de periódicos y fotos, que poco a poco se volvió incapacitante y demasiado caro. Eligió el único camino estable de identificación, su abuela materna, Eugénie, que era una cocinera francesa para los más ricos de la jet society. Vivian era la institutriz de sus hijos. Pero, sin embargo, había enganchado un objeto en la casa de su madre: la cámara que esta última, curiosamente para la época, había tenido durante un tiempo, pero que no usaba mucho. Con estos dos recursos, la abuela y la cámara, sin dejar de lado su gran inteligencia, esta extraña mujer, tanto masculina como femenina, iba por la vida cuidando de los hijos de otras personas.

Sin embargo, Vivian Maier no tenía dudas de su talento como fotógrafa. Su escabel no necesitaba el juicio del otro. En realidad, no estaba sola, como podría haber sugerido su extraña forma de hablar de sí misma con el majestuoso «nosotros».

Contrariamente a la afirmación que consiste en decir «Yo soy lo que digo», el sujeto aquí se presenta en la forma de sus reflejos fotográficos, que sin declaración producen un cuerpo a partir de todas las imágenes recogidas: «Yo soy lo que fotografío», piensen lo que piensen.

No se dirige al Otro cuando se trata de su pasión. No es de extrañar que esta mujer fascine a nuestro mundo, donde las imágenes reinan y todo el mundo persigue su selfie. Vivian Maier capturó sus reflejos, pero no necesitó verlos. Estaba más allá del espejo, en la medida en que «la concepción del estadio del espejo […] arroja luz sobre la función del yo en la experiencia del psicoanálisis del mismo. Una experiencia que hay que decir que nos opone a cualquier filosofía que venga directamente del Cogito«.[3]


*Langelez-Stevens K., Vivian Maier : je suis ce que nous sommes – Ecole de la Cause freudienne

[1] Vivian Maier, « L’autoportrait et son double », Bozar, Bruselas, 2022.

[2] Para aprender sobre esto, cfr. Vivian Maier révélée, Delpire & co, París, 2021.

[3] Lacan J., “El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”, Escritos, tomo 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2018, p. 99.

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