NIÑOS TERRIBLES Y DIAGNÓSTICO, LA VÍA DEL SUPERYÓ
Por Danièle Olive
2022-12-06
Ante el síntoma de su hijo, que a veces se manifiesta con fuerza y fracasos, los padres, exasperados, agotados, recurren a la psiquiatría infantil. Esta última se encuentra en sí mismo en una «situación alarmante»[1], como tituló un artículo reciente en Le Monde. De hecho, los pasajes al acto suicidas ocurren cada vez más en edades más jóvenes, sin que los servicios de emergencia, desbordados, puedan responder. Si la Covid-19 tiene su parte, un cambio más profundo está en marcha.
La reconfiguración de la psiquiatría infantil ha dejado de lado el anclaje subjetivo de los síntomas y, bajo la influencia del paradigma neurocientífico, lo que agita al niño se convierte en neuro. El diagnóstico, que se ha convertido en un fin en sí mismo, prevalece sobre el tratamiento del sufrimiento psíquico y transforma los servicios tradicionales en plataformas de expertos de todo tipo. Esta mutación va de la mano con tratamientos reducidos al binario quimioterapia-reeducación asociado a la promoción de la inclusión, así como al del sujeto de derecho, consecuencia lógica del aumento del significante discapacidad[2] en 2005.
Al mismo tiempo, la escuela -un importante proveedor de demandas de diagnóstico- se está transformando y proyectos de acogida individualizados y arreglos a medida descompletan su ordenamiento. En «Los no-incautos erran», Lacan nos permite una lectura precisa de lo que está en juego: lo social toma «una prevalencia de nudo», en la medida en que «tiene este poder de nombrar hasta el punto de que se restaura un orden […] que es de hierro»[3]. La norma social ocupa entonces un lugar central. Si la escuela parece aceptar dejarse agujerear, en el sentido literal, por más y más autorizaciones de ausencia, los ajustes se hacen en nombre de estas nuevas nominaciones que son el trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH), alto potencial intelectual (API), lo dis … Estos nombres, incluso si los sujetos se sirven en usarlos, extraen deseos del lazo particular que los articula al cuerpo y dan paso a un superyó encarnado en el lenguaje mismo[4]. El sobrediagnóstico y su corolario, el sobretratamiento, del TDAH también están bien identificados, y una encuesta publicada en The Conversation[5] el 7 de julio de 2022 menciona a los padres que desean obtener este diagnóstico y tratamiento para su hijo con el fin de mejorar su éxito académico. Obedeciendo al imperativo de la inclusión, la escuela paradójicamente se convierte en el lugar de la segregación. Y si la educación a la carta alivia un poco, por todo eso, la ola de niños que han abandonado la escuela o presentan gestos suicidas continúa aumentando, dejando a maestros y padres indefensos y sin aliento.
Hay una crisis, nos dice Jacques-Alain Miller, cuando la tradición que enmarcaba lo real se desvanece y el aparato simbólico es superado por un real que no puede procesar ni controlar. Estos nuevos significantes del DSM son ciertamente, como tales, una forma de nombrar un real, pero también de forcluirlo reduciendo a los niños a su organismo.
La anulación de este lugar responde a la inclinación de los sujetos para excluirse del Otro y hacerse objeto desecho de este discurso, un objeto que luego siembra problemas en la escuela y / o en la familia y llega a poner en crisis las estructuras de tratamiento.
Durante su primera sesión, Clara, de dieciocho años, enumera todo lo que encuentra fuera de la norma en casa. Etiquetada API (Alto Potencial Intelectual) en la infancia, sus padres refieren todo a este diagnóstico y no entienden lo que está mal. Ella misma se reconoce más bien en la categoría de TDAH, una forma precaria de poner distancia de esta primera nominación y de decir lo que la particulariza. Efectivamente, según Clara, «mi cerebro está bloqueado, no piensa en comer, no puede ponerse a trabajar». Desplegando en sesión los mandatos paternos tanto sobre alimentos como sobre estudios da un nuevo color a estos «bloqueos».
J.-A. Miller, al situar, siguiendo a Lacan, el síntoma como «defensa contra lo real«[6] nos da otra dirección, y nos permite acoger las manifestaciones ruidosas del niño como una primera operación del sujeto.
[1] Cf. Gauchard Y., « Situation alarmante de la pédopsychiatrie dans l’ouest de la France », Le Monde, 18 de agosto de 2022, disponible en internet.
[2] Creación de las casas de hándicap, MDPH en 2005.
[3] Cf. Lacan J., El Seminario, libro XXI, « Los no-incautos erran », lección del 19 mazo de 1974, inédito.
[4] Cf. Delarue A., « Les traces du Père », L’Hebdo-Blog. Nouvelle série, n°253, 7 novembre 2021, publicación en línea (www.hebdo-blog.fr).
[5] Morgan P. L., « White Children Are Especially Likely to Be Overdiagnosed and Overtreated for ADHD, According to a New Study », The Conversation, 6 julio de 2022, disponible en internet.
[6] Miller J.-A., « Le réel au XXIe siècle. Présentation du thème du IXe Congrès de l’AMP », La Cause du désir, n°82, octubre 2012, p. 94,
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