Amar su Inconsciente…o Peor – por Pierre-Gilles Guéguen – 2022/07/08

AMAR SU INCONSCIENTE…O PEOR

Por Pierre-Gilles Guéguen

202-07-08


¿Amamos espontáneamente a nuestro inconsciente? El formidable descubrimiento de Freud se ha banalizado hasta el punto de que la palabra está casi vacía de sentido. Es a menudo después de un cierto número de sesiones que un sujeto que sufre puede verificar que tiene acceso a la «Otra Escena». Los pacientes que vienen a ver a un «psi» lo hacen la mayoría de las veces, no porque conozcan el método psicoanalítico, sino porque están sufriendo y quieren curarse.

Lacan nunca despreció el efecto terapéutico que resulta de una interpretación, de un decir que resuena en el cuerpo. Pero advierte (como lo hizo Freud) contra el furor sanandi. En primer lugar, ubica el inconsciente entre el S1 y el S2 de la cadena significante: en lugar de este lugar vacío que se revela de repente y donde inscribe el -φ y la a minúscula que, también, tiene el color de vacío.

No debemos equivocarnos cuando leemos, mucho más tarde en su enseñanza, el primer capítulo del Seminario XIX, … O peor: «Estos tres puntos», nos dice sobre el título, «se refieren al uso ordinario de los textos impresos, para señalar o dejar un lugar vacío».[1] Son, por tanto, una escritura de la letra que no tiene referente y que reenvía al agujero que Freud llamó Urverdrängung. Nada que ver, por lo tanto, con el yo fuerte de la Psicología del Yo que regresa como un zombi.

Hacer lo peor es no querer saber nada de ella: Lacan testimonió el esfuerzo constante que se le exige en la lucha contra su propio «no querer saber nada» del saber inconsciente, que no es conocimiento pero que, sin embargo, determina para cada ser humano su programa de goce. Lo peor es la negación del inconsciente, el que se esconde en las diversas formas de autonomía del sujeto y que socava el vínculo social.


* Guéguen P.-G., Aimer son inconscient… ou pire – Ecole de la Cause freudienne

[1] Lacan, J., El Seminario, libro XIX, …o peor, Buenos Aires, Paidós, 2016, p. 11.

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